Mi tío querido

Mi tío querido

Mi tío Kiko. Un rufián nigromante de aquellos. Ejerció por un tiempo prudente de vendedor. Vendedor de ropa. Llevaba a sus clientes a los velatorios y allí pactaba. Se paraba frente al ataúd y le preguntaba a su comprador si le gustaba. Si le gustaba el traje del difunto. Fue el primer emprendedor natalino que se tenga memoria. Luego de los responsos obituarios, se apersonaba con un par de amigos, despojaban de la indumentaria al fenecido y corrían donde el cliente. Más tarde se emborrachaban como cosacos. Pronto pasó a la venta de oro. Dientes de oro. Anillos. Relojes. Objetos diversos. Todo producto del cementerio municipal. Hasta que un día se acabó el negocio. Una señora vio el traje de su marido muerto en la ventana de mi tío. En oferta. Estuvo preso un par de años. Luego salió libre por buena conducta.

comentarios:

Todos tenemos algún personaje interesante en nuestro pasado familiar. En el mío hubo un secuestrador de amadas...