Ricardo Neftalí Reyes Basoalto: Sus peores poemas

Ricardo Neftalí Reyes Basoalto: Sus peores poemas


GARCÍA MÁRQUEZ

También en este tiempo tuvo
Tiempo de nacer un volcán
Que echaba fuego a borbotones
O, más bien dicho, este volcán
echaba sueños a caer
por las laderas de Colombia
y fueron las mil y una noche
saliendo de su boca mágica,
la erupción magna de mi tiempo:
en sus invenciones de arcilla,
sucios de barro y de lava,
nacieron para no morir
muchos hombres de carne y hueso.

ESCRITORES

Fueron así por estos años
levantando mis compañeros
un relato crespo y nocturno,
dilatado como el planeta,
lleno de acontecimientos,
de pueblos, calles, geografía,
y un idioma de tierra pura
con soledades y raíces.

A éstos yo canto y yo nombro,
no puedo contarlos a todos.

Nosotros sudamericanos,
nosotros subamericanos,
por nuestra culpa y maleficio
vimos nuestros nombres por fin,
las sílabas de nuestra nieve
o el humo de nuestras cocinas
estudiados por otros hombres
en trenes que bajan de Hamburgo
o que suben desde Tarento.

ESCRITORES

Canta Cortázar su novena
de imponente sombra argentina
en su iglesia de desterrado
y es difícil para los muchos
el espejo de este lenguaje
que se pasea por los días
cargado de besos veloces
escurriéndose como peces
para brillar sin fin sin par
en Cortázar, el pescador,
que pesca los escalofríos.

Del Perú cuyo rostro guarda
como cicatrices salobres
los versos de César Vallejo
surgió en mi edad un escritor
que floreció contando cuentos
del territorio tempestuoso,
y así escuché la nueva voz
de Vargas Llosa que contó
llorando sus cuentos de amor
y, sonriendo, los dolores
de su patria deshabitada.

(Yo soy el cronista irritado
que no escucha la serenata
porque tiene que hacer las cuentas
del siglo verde y su verdura,
del siglo nocturno y su sombra,
del siglo de color de sangra.)

(Todo lo tengo que traer
al redondel de mis miradas
y ver donde salta el conejo
y donde rugen los leones.)

MOLA EN LOS INFIERNOS

Es arrastrado el turbio Mola
de precipicio en precipicio eterno
y como va el naufragio de ola en ola,

desbaratado por azufre y cuerno,
cocido en cal y hiel y disimulo,
de antemano esperado en el infierno,

va el infernal mulato, el Mola mulo
definitivamente turbio y tierno,
con llamas en la cola y en el culo.

LOS POETAS CELESTES

Qué hicisteis vosotros gidistas,
intelectualistas, rilkistas,
misterizantes, falsos brujos
existenciales, amapolas
surrealistas encendidas
en una tumba, europeizados
cadáveres de la moda,
pálidas lombrices del queso
capitalista, que hicisteis
ante el reinado de la angustia,
frente a este oscuro ser humano,
a esta pateada compostura,
a esta cabeza sumergida
en el estiércol, a esta esencia
de ásperas vidas pisoteadas?

No hicisteis nada sino la fuga
Vendisteis hacinado detritus,
Buscasteis cabellos celestes,
Plantas cobardes, uñas rotas,
"Belleza pura", "sortilegio"
obra de pobres asustados
para evadir los ojos, para
enmarañar las delicadas
pupilas para subsistir
con el plato de restos sucios
que os arrojaron los señores,
sin ver la piedra en agonía,
sin defender, sin conquistar,
más ciegos que las coronas
del cementerio, cuando cae
la lluvia sobre las inmóviles
flores podridas de las tumbas.


SONETO PUNITIVO A "S"

Al editorialista de un
diario mercenario

9 A. M.

Serpiente, has preparado tu veneno?
Ofidio editorial, te has preparado
Para morder la mano del chileno,
Del chileno en la pampa sepultado?

Moja la pluma en podredumbre y cieno,
Revuélvela en lo que has excrementado,
Sumérgela en tu fétido duodeno:
¡todo tu estiércol te será pagado!

Toda tu saña, tu ponzoña oscura,
Conviértela en renglones de impostura;
En toneladas de calumnia fría.

Todo tu pus, tu reuma, tu amargura,
Tu papel, tu rencor, tu mordedura,
¿todo lo pagará la Compañía!

Chileno, 1904-1973.





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