Marcela Muñoz Molina

Marcela Muñoz Molina





En mi banca amarilla, descascarada
la pintura, te esperaré.
A pesar de los manotazos,
en la oscuridad,
a pesar del frío.
Para entonces ya las baldosas
se habrán deshojado
y a los trenes eléctricos
se le habrán quebrado las alas.
Para entonces
las gaviotas me habrán comidos los ojos.



Una sirena en la noche
es casi una advertencia bélica.
Una tortuga se hunde en el pasto
alguien respira profundo
Cuando todos duermen en Europa
Los cisnes no se acercan a la orilla.

Y el amor trastorna
Y el amor trastoca

El amor ablanda
El amor ablanda
El amor ablanda.



Ella después de mucho buscar,
tomó la decisión de armar con pedazos sueltos
un hombre que vibrara adecuado...
Ella robó descaradamente la boca
De un señor bajito qué alguna vez se acobardó
Al encontrarse solo en un hospital
Y robó, utilizando cuentos fantásticos
un par de ojos a cierto caballero
que a veces parecía mujer
y otras veces parecía una liebre...
a un cantante callejero le robó los brazos
y a un actor novato
las lágrimas que por ignorancia desperdiciaba
las piernas se las robó
a un señor muy blanco, de pelo ondulado
que acostumbraba golpear a su mujer.

Unos cuantos meses, se paseó por las calles
con su hombre inventado.
Unas cuantas calles alcanzó a caminar,
sin desmayar en los cruces...
Unas cuantas noches pudo dormir
despejada
sin que se le trizara la cáscara.
Hasta la mañana en que nada quedó
Del hombre hecho de retazos.
Cada parte volvió a su lugar de origen
sin ninguna explicación...

Ella caminó largas horas,
encontrándose con hombres
con los que de alguna u otra forma
había dormido.
Se dio cuenta
que había sido de absolutamente todos.
Grandes bofetadas le llagaron desde la radio,
el diario y la televisión.
Sin pensarlo dos veces
corrió al teléfono
y se precipitó al vacío...



Extraño animal el hombre,
que vive de la nostalgia
de la imposibilidad de detener el tiempo y los sueños.
Extraña la forma,
de aferrarse a la tristeza
que lo quebró alguna vez
y al amor que lo iluminó.

Vive mirando el minuto de la muerte
y vive para sostener la memoria.

Extraño animal el hombre,
que prefiere lo vivido
a volver a vivir
Y esa costumbre de buscar momentos
que le recuerden
quien es
por qué es
para donde va.
Animal que parece perder
su corazón en las calles,
entre bocinazos y oficinas.

Y extraño el llanto
De los que intentan recuperar su alma.

Extraño animal el hombre
que se mueve entre el sueño y la nostalgia
Olfateando su rastro desesperado.
Que precisa pertenecer.
Que busca recuperar la fuerza y la ilusión
para imaginar
que existe un sentido universal del respiro,
que el camino estaba ya trazado
como trazado está,
el trayecto de los cometas.



Amor
amor de regalo
de relámpago de sol
amor de agosto amor
amor sin pasado amor de viento
amor de patio.
Amor de olor
de sabor
amor de salvación
amor de aire de sorpresa
de resurrección
amor en blanco y negro
amor sin aviso amor de agua
de tierra de barro
Amor de aviones de volantín,
de araña de mañana
amor de cometa
amor de tormenta de tornado.
Amor de ciudad inmensa
de inmensidad
amor rojo
amor de pueblo de hoja de árbol.
amor de miedo
amor escrito
amor de vigilia de sueño
amor silencioso
de temblor de cicatriz
amor de galope
y de desmayo.



De ese raro instante soy.
" eso indecible buscando su palabra
y la palabra negándose a decirlo
hasta que le torcemos el pescuezo"
de ese solo instante
aunque sea terrible darse cuenta
que se vive para esperar
que un pájaro azul pase sobre tu cabeza.

Bendiciendo.

Vengo del sur de Africa
Alguna vez fui minero, buscador de diamantes
hasta que los barcos llegaron
y me llevaron a la tierra del desamparo.
Entonces no tuve otra alternativa que convertirme
en blues, tal vez por
la nostalgia de un mar que debió tragarse
aquellos barcos
cuando tuvo la oportunidad.
Me llamo blues, funky, bossa nova,
Soy africana desde y hasta la médula.
Y soy a la vez el llanto de sometidos
Llanto de pecadores
Llanto de perdedores
Y de perdidos
Llanto de derrotados
Llanto de atrevidos
Llanto de mascaron de proa
Llanto para que nunca más.
Para detener a los invasores en el momento justo
Y dejar que cada quien tenga su pedazo de tierra
el agua cercana de un río, un árbol para abrazar.
Me llamo blues y me llamo nostalgia
Me llamo aguja de reloj,
péndulo.
Negros ojos que miran el horizonte hasta que se cierran
al borde de la tumba
Negros ojos que permanecen alertas y despiertos.
Toda la cabeza en Blues.
Todo el sexo en funky.
Y todo el corazón en bossa nova.

De ese raro instante soy,
cruce desesperado de inspiración
y palabra atragantada
el esclavo que da el último golpe a sus cadenas
y corre.
en medio de la noche como un relámpago.
Un latigazo de luz que me alcanza.
El cruce del pájaro azul de la libertad.

9 comentarios:

Anónimo dijo...
12:38
 

Gracias Libertad 200. Un abrazo.Tucapel 1203.

Un placer Tucapel 1203.
Libertad 200.

Gracias por la cadencia y la fuerza de estos poemas ofrecidos a
quienes te visitan.

Salute Hugo.

Estos poemas son de mi querida amiga Marcela, que una vez conoció a un tipo ?que le gustaba andar fuerte?. Marcela es una de las mejores poetas chilenas actuales y ?el mundo le debe un millón de dólares?.
Un abrazo amiga del hermoso Perú.

Anónimo dijo...
20:48
 

Marcela es una POETA,y como tal sabe que su oficio también es su forma de vivir,entre el cielo y el infierno.Gracias tb en nombre de Camila que sencillamente LA AMA...por razones suficientes.Huguito y tú me están dando un ejemplo de "sangre caliente",dejen de hacerse que no se importan si se mueren por ustedes...o por el otro.Saludos.

Enorme y libre en sus versos esta poetisa tan vecina, porque no ha de valer más que un Baudelaire?

ha robado una boca una mano unos ojos, una memoria,
me he ofrecido un eclipse en el amigo lejano, o un asustado leonzhino penetrando los rebaños de voces vecinas

Gracias otra vez recolector de bellezas silvestres

Empiezo a estar de vuelta

Anónimo dijo...
11:33
 

NEREA..gracias Marcela te admiro

Sencillamente maravillosos poemas, desde mi lectura tu palabras me interpretan en mucho. Podría destacar todo. Felicitaciones y gracias por el placer de esta emoción.

"De ese raro instante soy"

"Vive mirando el minuto de la muerte y vive para sostener la memoria."

Anónimo dijo...
13:19
 

Qué cosa rara ésta. Es la tercera o cuarta vez que encuentro en el blog de Huguini poemas que ni siquiera recordaba haber escrito. Que no están guardados en ninguna parte. Que los leo por primera vez, como si no fueran míos y nunca los hubiera escrito.

Un abrazo y gracias por los comentarios.
Marcela Muñoz Molina