charles harper webb

charles harper webb



POR NECESIDAD WEBB CUENTA CHISTES SOBRE SU ESTATURA

Iba muy bien hasta que llegué a la prepa: de
uno cincuenta a casi uno setenta en tres años.
Caminaba orgulloso con un aura de dos metros
como la niña de doce años, tamaño 32A, que
se compra un brasier de 38D para ver como
se va llenando. Luego, como la cabeza de
un trampolinero que se encuentra de sorpresa
con un árbol, mi crecimiento se detuvo abruptamente,
arruinando la función.

Ni medirme dos veces al día ni desear desesperadamente
Me ayudó a acercarme a esa estatura normal de
uno setenta y cinco que había marcado con desprecio
sobre la puerta de mi recámara: yo razonaba que mi auto
de carreras sólo se había detenido por refacciones, era sólo el
primer campamento camino a la sima.
Pero ninguno de mis ejercicios de estiramiento, ni mis dietas
que constantemente elaboré y revisé, pudieron exprimir un
solo micrón.

Había oído de el poder de pensar en forma positiva;
y fui positivo. Había oído que "Si miras la olla,
nunca hervirá". Dejé de medirme por semanas enteras,
sólo viendo de reojo, creyendo que la marca de uno setenta y
cinco ya había bajado al nivel de mis ojos.
Le pedí perdón a Dios por dudar de Él, y recé cada momento
que podía, por si las dudas. Devoré libros sobre la
adolescencia , leyendo y releyendo (junto con las partes sobre
sexo) la sección que decía que algunos hombres siguen
creciendo hasta los veintiuno.

Pero la verdad, como el olor a zorrillo sobre un traje
de mil dólares, por fin fue evidente. Mi papá era bajo
y corpulento; mi mamá era alta y delgada. Y sería bajo
y delgado. No sería un Mickey Mantle, ni un Joe Namath,
ni un Wilt Chamberlain, ni Rocky Marciano, ni Big John
Wayne. Nunca haría 60 jonrons, ni las 1000 yardas,
ni encestaría 50 puntos en el juego. Nunca noquearía a un
hablador con un manotazo descuidado de mi gigantesca mano
derecha. Brigitte Bardot, Raquel Welch, no serían mías.

Me escabulliría del gimnasio con miedo a las rufianes,
tendría novias desabridas que me dejarían por hombres altos.
Tomaría un poco de karate y pesas, un poco de guitarra jazz,
jugaría ajedrez, escribiría poesía. Me convertiría
en un intelectual.

NO SERÍA BUENA TRANSACCIÓN

Dicen que el sol es el padre de la felicidad.
O creo que eso es lo que dicen.
Dos átomos de hidrógeno se funden, creando un
átomo de helio, energía, y felicidad.
No sé los detalles. Lo que sí sé es
que el buen sexo, los peces grandes colgando de una caña de
pescar ligera,
y mucho dinero por poco trabajo, me traen felicidad,
sin embargo los granos, el pay de riñón, el cáncer, y el
rechazo, no. Me imagino que algunas cosas chupan más
sol que otras. No estoy seguro.
Las cosas se complican. Algunas veces me confundo

tanto la cabeza me da vueltas, como dicen,
aunque dudo que sea la cabeza; más bien
son mis pensamientos, o el cuarto, o el mundo
o algo que a nadie se le ha ocurrido todavía.
De todos modos, digan lo que digan,
aunque me hagan dar vueltas todo el día
Es más divertido comer un Sunday de Chocolate
que darme cuenta que me estoy quedando calvo. Siempre
he preferido las olas buenas para surfear
que la conciencia cívica. Nunca cambiaría mi erótica
gatita sueca por una meningitis de la espina dorsal,
no,
no sería buena transacción.

LA MUERTE DE SANTA CLAUS

Ha tenido dolores en el pecho
por varias semanas, pero los doctores
no hacen visitas al hogar en el Polo Norte.

dejó de pagar su seguro médico Blue Cross,
se marea cuando le hacen exámenes de la sangre,
las batas del hospital siempre se le abren, las

salas de espera le causan dolor de estómago, y
de todos modos nada más tiene indigestión, por lo
menos eso pensaba, hasta el día en que al estarles

dando de comer a los renos, sintió como si la mano
de un monstruo le hubiera agarrado el corazón
y no dejara de apretar. No puede respirar, y el

mundo blanco tan hermoso se torna negro,
y cae sobre su panza de gelatina en la nieve
y la Sra. Claus sale corriendo de la fábrica

de juguetes, gritando, y deja a los duendes
frotándose sus manitas nerviosas, y la nariz
de Rudolph se prende y se apaga como una luz de ambulancia

triste, mientras en Houston Texas en una de esas casas en serie,
yo, de 8 años, le digo a mi mamá que los mensos
de la escuela dicen que Santa Claus es pura mentira,

y ella, tomándome la mano, se sienta conmigo en el sofá
de flores moradas, con lágrimas en los ojos,
y con una terrible noticia en la garganta.

COSAS QUE PUEDES HACER EN UNA LECTURA DE POESÍA CUANDO TE GUSTA EL POEMA PERO NADIE ESTÁ APLAUDIENDO Y TÚ NO QUIERES SER LA ÚNICA

Procura mostrarte conmovida.
Mueve la cabeza con ánimo.
Suspira.
Di Mmmmm.
Muestra que estás muy conmovida.
A escondidas pregúntales a otros lo que piensan acerca del
poeta;
si les cae bien, haz un pacto para aplaudir al terminar el
siguiente poema, sea bueno o malo.
Ríe calladamente.
Ríe a carcajadas.
Frótate la nariz.
Solloza.
Gime.
Cambia de lugar en la silla, cruza y vuelve a cruzar tus
hermosos muslos.
Párate y agita los brazos como si tuvieras banderas al final de
la carrera.
Quítate la camisa y agítala como diciéndole al poeta
Bienvenido a casa.
Canta You Light Up My Life, luego I Want You, I Need
You, I Love You.

Saca la cartera y avienta tu dinero sobre las piernas del poeta.
Saca una pistola, asalta a todos en el cuarto, luego avienta
todo el dinero de ellos en las piernas del poeta.
Ábrete las venas, y dale al poeta un termo de tu sangre.
Cédele todos los derechos de propiedad de tu BMW, tu casa,
tu yate, abandona todo, y sigue al poeta.
Ayúdale al poeta a ganar premios, a publicar libros, etcétera,
usando tu influencia, tus familiares ricos y tus contactos.
Colúmpiate del candelabro, proclamando las virtudes del
poeta;
si no hay candelabros, cuelga unos y luego procede.
Trae arrastrando un bloque de mármol, y has una estatua del
poeta.
Saca un volumen de las obras completas de Shakespeare,
borra el nombre Shakespeare, y escribe el nombre del poeta.
Transcribe la Biblia a un disco floppy, luego usando el
mandato de Encontrar y Reemplazar, sustituye el nombre del
poeta por el de Dios.

Siéntate sin moverte, considera qué bajo ha caído la poesía
moderna, piensa en todo lo que ha sacrificado el poeta para
estar aquí, cómo ha de haber arruinado su vida por esta arte
despiadada,
aunque sabes bien que la suerte del poeta no es peor,
no es más trágica, que la de otros artistas,
o de cualquiera que trata
de hacer buenas obras en un mundo basura,
un trabajo con amor en un mundo que gruñe,
un trabajo con alma en un mundo sin alma,
un trabajo bondadoso, en un mundo cruel,
un trabajo generoso en un mundo que empuña,
un trabajo expresivo en un mundo que suprime,
un trabajo con sabor en un mundo malcarado,
un trabajo vivo en un mundo muerto,
entendiendo esto, y claro está, el poeta no es ningún mártir,
ningún santo, la poesía es egotística, acaparadora
como todo, pero sigue siendo admirable, sigue siendo digna,
tú de verdad lo crees, mientras permaneces allí sentada, en
silencio, habiéndote gustado el poema, sientes gratitud,
esperas que de alguna manera lo sepa el poeta.

Traducción de Juan Hernández-Senter

3 comentarios:

Anónimo dijo...
11:23
 

altisimo bardo


saludos hugo







n.

un abrazo poeta n.

este último poema me lo llevo puesto, con tu permiso, a:
www.javiermolinero.blogspot.com