niki kuscevic

niki kuscevic

pali aike



En aquellos días todos comentaban los avistamientos en el sector de Pali Aike (*) distante unos 200 Kilómetros de la ciudad de Punta Arenas. Había fotografías satelitales que mostraban luces rectilíneas en el inmensurable firmamento austral que no correspondían a las constelaciones naturales que cubren fuego-patagonia. Lo más asombroso de todo era que la cruz del sur se había convertido en un triángulo, su estrella mas meridional se había desvanecido
A ella no recuerdo donde la vi por primera vez, pero fue durante aquellos días extraños, tambien recuerdo el hecho de que usaba el cabello muy corto, lo cual me provocaba una sensación que oscilaba entre la oscuridad y la euforia. Luego las cosas cambiaron sutilmente, los avistamientos decrecieron, la cruz del sur recuperó su cosmovisión, y a ella la perdí de vista por algún tiempo, un par de años, (aunque de esto tampoco estoy plenamente seguro), hasta que un buen día de otoño coincidimos cruzando una calle, de doble sentido, rigurosamente vacía donde sobresalían aquí y allá manchones verdes que algunos vecinos del lugar, seguramente, se empeñaban en regar y podar simétricamente: recuerdo una pasarela que nunca terminaba y una mirada que no supe sostener, pero tampoco pude esquivar.
Una tarde la observé caminando sola, (lo nuestro era siempre en el paisaje, podría decirse), ella en avanzado estado de gravidez, yo en estado de intemperancia psicodélica sin animarme a abandonar la parada de buses donde me encontraba reflexionando. Buena parte de la tarde me había dedicado a observar a la gente pasar hacia otros lugares. A veces, en el reverso de una fotocopia, apuntaba imágenes que recortaba de la realidad: "gato gris estampado en el asfalto, pájaros lo devoran bajo un cielo encapotado", o bien: "los conductores de locomoción colectiva no respetan los semáforos solares", e incluso: "antiguamente no había contaminación visual en la periferia", que después mutó a: "los suburbios no son la periferia", y culminó con: "las poblaciones marginales acaban en nudos ferroviarios"

De todas maneras, así siguió esto hasta que en cierta ocasión nos reconocimos en una exposición que se inauguraba en la "casa de la cultura", y que solo sirvió para subrayar el nivel desalmado al que han llegado algunos "artistas" y "visualistas" manoseando descaradamente los mitos de fuego-patagonia. Nos reconocimos -decía, entre el público en una de aquellas conversaciones banales que surgen durante los intermedios, esas pausas con bebidas, cafés y galletitas que discurren mientras cambian la iluminación o arreglan la tecnología, y donde la gente posa como marionetas para luego aparecer en páginas sociales de periódicos superficiales. (¿No fue Camilo José Cela quien dijo que lo mejor que podía hacerse con la casa de la cultura era clausurarla?)

En determinado momento de nuestro desencuentro ella esbozó algo parecido a un hola, al que correspondí con un dubitativo pero impenetrable balbuceo, (generalmente me relaciono con las personas a través de monosílabos, hasta culminar en el mas absoluto y esclarecedor de los silencios). Me sentía completamente descolocado. El sitio era estrecho y la multitud hacía aproximarnos, casi la tomo de la mano. No recuerdo de que se charlaba en el grupo de gente en el que estábamos insertados, no presté mayor atención, al parecer alguien comentaba algo sobre un varamiento de cetáceos

siempre estas nublado - me dice
y agrega lacónicamente: como un mascarón de proa

y un eclipse difumina mi conciencia, que solo reacciona tardíamente cuando veo como ella, peldaño a peldaño, acompañada de un desconocido desaparece en el segundo piso (donde exhibían un video de Mussorgski, o Buñuel o Murnau, no estoy seguro, lo que sí recuerdo es que era en blanco y negro y con audio defectuoso)
Algo nos dijimos al mirarnos, de eso estoy medianamente conciente, yo quedé a medio camino de ningún lugar, congelado en la sala de los mosaicos, colgado ante un ficcus medio marchito y fuera de contexto, que buscaba atravesar los cristales sucios y trizados de una ventana que daba a un patio lleno de armatostes medio derruidos de, creo, lo que alguna vez alguien pomposamente definió como carros alegóricos, y que seguramente protagonizaron una murga, un desfile edilicio, alguna especie de carnaval

A ella nunca más la vi

Hubiese preferido despedirme de alguna manera menos abstracta aquella vez, pero nunca se dio. Esa noche, al final, estuve escuchando Yendo de la cama al living, y hablando hasta tarde por larga distancia con walter, que había tenido un accidente mental

Dentro de algunos años volveremos a encontrarnos. Esa próxima vez, que duda cabe, me comportaré como un idiota consumado y quizás me aventure a insinuarle algo de tal urbanidad como que buen tiempo que tenemos, o un placer saludarla

En cuanto a Pali Aike, afortunadamente para todos nosotros ahora queda más lejos que nunca. A la gente le lleva un tiempo indecible siquiera situarla en un mapa, dicen que su distancia deforma la curvatura del horizonte. Los cerros que circundan el paisaje lucen geometrías sagradas, y en el firmamento austral, en ciertas noches meridianas y por un instante decimal, la Cruz del Sur adopta su forma triangular, primigenia

(*) Pali Aike en lengua aónikenk (una de las culturas que habitaron fuego-patagonia) significa aproximadamente "lugar desolado". Su paisaje de cráteres y promontorios volcánicos le otorgan un tono extraterrestre. En estos parajes fue encontrada la evidencia mas antigua de la presencia del hombre en el extremo austral del planeta: data de hace once mil años

5 comentarios:

Anónimo dijo...
07:01
 

la mayor parte de los hombres que valen la pena conocer nacen nublados

Pasar la noche a la intemperie implica morir congelado. Eso le pasó a Robert Taylor en el extremo norte esperando de noche que su contricante asome el hocico para matarlo, durante una situación cowboy. Al amanecer, Taylor era un muñeco de nieve dura con tierna sonrisa.
El cuadro con caloventor (estufilla para que el que mira el cuadro se aclimatice)debe ser la hilatura del encuentro desencuentro.
De alguna forma, la sombría noche dentro de las alturas del Machu Pichu, es parte del hilado. Estar dentro de una nube se parece a estar dentro de un freezer y cuando aparece el sol, se lo adora y se mata a otros humanos en su nombre.
El amor es un eterno desconocido platónico: andróginos condenados a desencontrarse, verse, confundirse, matarse, siempre equivocarse.
Encontrarse es casual, es verse frente a frente con el león hambriento (a veces el león es una pantera o un tigre). En la mirada fugaz del encuentro estalla el Amor. Lo inmediato es la entrega o el enfrentamiento. El pasado está muerto y el futuro no importa.
Lo mítico aparte de ser cierto, es intrascendente.

El tango lo había dico. Sin embargo la vida es vuestra.

A pocas palabras, balazos, tres millones cuatrocientos veinteiocho miiil. porque ese punto se llama "muy bien eso, menos lo que tenés que mirar" ¿En que año llego al país don Benito Teléfono. Después de x cuestiones, ahora tiene 22s ños y 92s de histórico registro?
La dama de mi sueño niño besa mi culo yogi de antaño, el almejo.

Anónimo dijo...
12:39
 

LEIA TUS COSAS
OTRA VEZ DEL MAS AYA
AYA
VEO QUE CONTINUAS DESDOBLANDOTE
DEBANANDOTE LOS SESOS
AVECES LA VIDA SE COMPLICA
AVECES EL MATE SE COMPLICA
SIEMPRE ALGO SE COMPLICA
NO QUIERO QUE LAS COSAS SE COMPLIQUEN
LA VIDA LAIGT
AAA LA VIDA LAIGT

POR COSECHATARDIA LAIGT III