Tomé el bus de la siete y media

Tomé el bus de la siete y media

Y estaba ahí en el bar. En el bar de Punta Arenas. Y la chica me mira. Se acerca. Me pregunta de dónde soy. Le digo que de Montreal. No te creo me dice. Le pregunto de dónde es. Me dice que de Punta Arenas. Le digo que no le creo. Me pregunta si soy casado. Le digo que no. No me cree. Le pregunto si es soltera. Me dice que no. No le creo. Me pregunta si tengo hijos. Le digo que sí. No me cree. Te puedo decir tantas cosas sobre ti que quedarías pasmada. Le digo esto y sonríe. No me cree. Sé que te llamas Nancy. Bueno… dice; todo el mundo que viene aquí sabe que me llamo Nancy. Es la primera vez que entro acá, le digo. No me cree. Te lo juro le digo. Es la primera vez que entro acá. Me pregunta qué más sé de ella. Que te llamas Nancy. Nancy Aguilera Sandoval. Que tienes 22 años. Que naciste en Puerto Porvenir el 15 de marzo de 1987. Me mira con cara de asombro y disgusto. Ya sé, eres policía, me dice. Le digo que no. Le entrego su cédula de identidad y le cuento que acabo de encontrarla al ingresar al local. Me agradece. Pago y me voy. Me voy sin decirle que conocí a su padre y a su madre. Tomé el bus de la siete y media. Me olvidé de esta historia.

5 comentarios:

En vez de una estación de buses, la acción es en un aeropuerto europeo.
Una amiga norteamericana, alcohólica, que tenía un piso en San Telmo, hace cosa de diez años me contó: "Me regalaron un pasaje ida y vuelta New York-Amsterdan. Agarré mi cámara, 5.000 dólares y usé el vuelo. En el aeropuerto de Amsterdan me puse a mirar vidrieras y mirando vidrieras salí de lo que era la zona del aeropuerto en si, entonces un hombre alto con campera negra se me acercó y me dijo: "Dame la cámara y el dinero que tengas, o te mato". "¿Y vos qué hiciste?" "Le dí la cámara, los cinco mil dólares. Volví al aeropuerto y usé mi vuelo de regreso a New York".

Después me contó pormenores, quel hombre le habló en inglés, que tenía unos cuarenta años, que ella se asustó, etc. etc.
Yo me fasciné por los efectos del poder de la palabra respecto a la comunicación humana y admiré a aquel hombre que supo reconocer en
Nicole, una hoja en medio del viento.

Adoro tus escritos.

*suspira*

También "El tren de las 3 y 10 a Yuma", con Glen Ford en blanco y negro, que recientemente remarkearon a colores Zero Mostel y Gene Wilder.
Incluso Anna Karenina... y Marianetti ("il ferroviario" de Germi, etc).
¿HUbo alguna vez un tren a la Patagonia?

Ayer a las siete y media de la noche, el doctor Fernando partió de Retiro rumbo a Puerto Natales. Lleva una bolsa con pan, otra con libros y una modesta cantidad de cubitos de hielo que obtuvo en una estación de servicio.
Se lo puede suponer dentro de las lógicas temporales que llevarían a que alcance el destino prefijado...
Pero conociendo de largos caminos terrestres y conociendo al doctor, cantidad de imprevistos dejaran a Fernando en cualquier punto intermedio de la geografía.
El amor y cualquier tempestad, justificará su demora.
El doctor leyó tu post. Vió un viaje al sur que partía de Retiro a la misma hora de tu título. No lo pensó dos veces, usó el pasaje de libre circulación que le otorga su condición de demente registrado y hacia la Patagonia partió.
No lo esperes. Pues si es que llega, inevitablemente seguirá de largo.

¿k tomaste el bus y te olvidate de la historia???....NO TE CREO.