El gol más hermoso del mundo

El gol más hermoso del mundo



Me escribe Bety de Sinaloa. Dice que últimamente me estoy repitiendo. Que cuento historias con finales previsibles. En donde siempre termino en la cama follándome una mina. Que debo variar. Que cuente historias de barrio. Que cuente simples historias de barrio. Que de esa manera me vería más guapo. No ahuyentaría lectores. Que recibiría más comentarios. Le voy a hacer caso. Contaré una de fútbol.

No existía la televisión, la radio ni nada. En aquel entonces jugaba al fútbol por el Club Natales. Era juvenil. Mediocampista y volante de apoyo. Poseía un dribling endiablado, pateaba con las dos piernas y era el capitán del equipo. No tenía referentes. Ante la carencia de los medios de comunicación, debía inventar. Y por las noches en mi cama, ideaba jugadas. Los domingos en el campo de juego, las llevaba a la práctica. Y con asombro comprobaba que resultaban. Yo era una simple mezcla de Pelé, Maradona y Messi. Fue así como convertí el gol más hermoso del mundo mundial. Fue en un corner desde la derecha, la paré de pecho. Desde la misma área grande en que me encontraba, eludí a los once jugadores del equipo contrario y convertí el gol. El gol más hermoso del mundo. Por la noche vino Sofía y follamos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...
09:31
 

jajaja, este final sí que no era en absoluto previsible. Un saludo, Hugo. Anxos

Hugo, vos fuiste mi madre blog. Yo ya seguía de largo, pero vos me ayudaste a abrir un blog. Yo con mi madre fisiológica discutía mucho (paramos la disputa con su muerte) pues nunca le perdoné el haberme parido, y ese no perdonar es la morriña terrible que siento por ella.
Disculpá que te compare, pero algo de lógica aristotélica hay entre mi madre y vos (mísero e importante blog mediante).
Creo que nos construimos más amigos ahora, merced lo virtual. Lo de antes fue como uno de los partidos de fútbol que contás, cosa lejana y mágica: una nube.
Sos chileno y yo argentino. Ambos nos cagaremos en ambas "nacionalidades", pero nos críamos de forma distinta. Cuando estuve en Santiago en 1968 durante el gobierno de Frei padre, anduve entre los jóvenes de entonces: todos pololeaban, la policía no los jodía, no tenían un mango y se cagaban de risa, el vino lo comprábamos barato de barril. En Buenos Aires todos éramos putos y pajeros, no teníamos un mango, la policía nos tenía cagando, y el vino también era barato pero no tan rico como el chileno, etc...
Después recalé en Arica y fue magia pura: nos alojamos en una villa miseria con una familia de veintitantos, comandada por un abuelo polaco comunista, donde los hombres contrabandeaban, las mujeres cocinaban y los niños me explicaban los secretos astronómicos que cubrían a la villa. En Arica lloré mi desarraigo de Buenos Aires y seguí para el norte. No tenés idea cómo me cayó el golpe de Pinochet viéndolo por televisión desde Ciudad de Méjico en 1973. Imposible, como que para mi Chile era intocable, pero ya vés...
¿Esto a que viene? A tus "folladas". Efectivamente sos "el chilote que folla y la cuenta".
Bety podría decirte "Calla ciruelo, no le andes contando a todo el mundo lo nuestro". Woody Allen diría algo parecido: "Deso no se habla". Yo le comenté de vos a Eduardo:"Es un poeta chileno que vive en el extremo sur y que se la pasa contando por internet los polvos que se hecha, un montón". A Eduardo le interesó la temática (está armando un museo erótico de cierta consistencia, creo que si ponés "Eduardo Orensteín museo erótico" en el google, sale)y con cara de pícaro preguntó "¿Serán verdad?". "Yo que se. Supongo que no. O si. Sea como sea, tanto la soledad julioverneana empuñando la poronga desde la nieve, o el lugareño que culea a cuanto turista se le agacha delante, está bien contado, pero la reiteración extraña. Recuerdo a Michel Piccoli en una película, supongo que basada en algo de Sthendhal, donde el actor garchaba ininterrumpidamente y filmaba sus polvos para luego festejarlos a solas". "¡Claro! Tu amigo debería filmar sus polvos y adherirlos a los post". "Le voy a decir".
Creo quel caso no es dejar de contar los polvos (incorporar videos sería supermetafórico). Yo te dije que a través de tus escritos descubrí el "universo Natales", "yo" como inconciente coloectivo. Pero en los relatos le daría un poco más de importancia al culo (al "Yo"). Henry Miller al respecto contaba que el orto le encantaba para excretar no para meterle objetos. Y Miller siempre fue sospechado de mechar apócrifos en su autobiográfica.
Sucede que tanto en vos como en Miller, o yo mismo, se ve al artista de poronga en mano. No pincel, no pluma... La verga (Negret, el buen escultor colombiano, decía que allí estaba la alegría de la vida).
Cómo te voy a criticar diciéndote que te dejes de "folladas", sería como cortarle la puñeta a un caracol.
El zoólogo, cuando en 1978 leyó mi mamotreto del viaje, me dijo: "Evidementemente Novoa, su vida sexual deja mucho que desear. Siempre "cojer", "me chupó la pija",etc, le falta endocrínia, nunca aparece qué le gustaba a "ella", no hay "erotismo". Lea bien a Lowry, relea a Lawrence ya que le gusta tanto, pero si no sabe hablar desas cosas, anúlelas". Y el zoólogo tenía razón aunque, como yo, se desconociera a si mismo.
Dime ¿en Chile, en Natales, cómo se dice "coger"? "¿follar?". Es una palabra linda ¿no?: follar, foliar, desfoliar, algo que ver con el polen. Tema inmenso.

Saludos Anxos.
Joe, admirable tu comentario. Un abrazo.

Anónimo dijo...
02:53
 

Son ustedes unos cabrones coño, Se la pasan bien ahí. ¡Joder!