Ni tan alto ni tan tonto ni tan nada

Ni tan alto ni tan tonto ni tan nada



N

o sé lo que pasa conmigo. Me creo más alto, más inteligente, más hermoso. No sé lo que pasa conmigo. Todo indicaría que sea más bajo, más tonto, más feo. Pero no. En verdad no sé a qué se debe. No sé por qué creo lo que creo. Y no es que viva borracho todo el tiempo, que me drogue o que sufra trastorno de personalidad. Es que no sé lo que pasa conmigo. Por qué me conduzco así. Muchas veces camino por el pueblo, como si fuese el Rey de España. Ya lo sé, un reverendo pelotudo. Pero otras veces camino por el pueblo y me siento Jon Bon Jovi. O Gregory Corso. O Louis-Ferdinand Céline. No sé por qué me siento tan alto, tan inteligente, tan hermoso. Si obviamente no lo soy. Está claro que no lo soy. Es que debo vivir, seguramente, una vida disociada. En que por una parte soy lo que soy, y en la otra soy lo que no soy. Un vulgar misterio sin resolución. En algún momento este misterio se develará. Seguramente esto no tiene nada que ver conmigo, sino cómo me ven los que me ven, y cómo me ven los que no me ven. ¡Chi lo sa!


5 comentarios:

E dijo...
01:15
 

Yo me armo de perso en mi cumple, imagino que todos me hacen reverencias cuando paso pero en realidá es un derecho cósmico, no una grandilocuencia de mi misma. Paré que esa percepción de más o de menos, siempre vieniera de los otros y una siempre se cree "ni tan", "ni lo uno ni lo otro, sino que todo lo contrario".

Todo es relativo. A mí, por lo pronto, me vas pareciendo muy alto.

Un abrazo Eufo, un abrazo Pilar.

Anónimo dijo...
07:45
 

...ningun yo, ni siquiera el más ingenuo, es una unidad, sino un mundo altamente multiforme, un pequeño cielo de estrellas, un caos de formas. de gradaciones y de estados, de herencias y de posibilidades. Que cada uno individualmente se afane por tomar a este caos por una unidad y hable de su yo como si fuera un fenómeno simple, sólidamente conformado y delimitado claramente: esta ilusión natural a todo hombre, aún al más elevado, parece ser una necesidad, una exigencia de la vida, lo mismo que el respirar y el comer.

Extraido del Lobo estepario de Hesse

Este comentario ha sido eliminado por el autor.