Es la tercera vez que pierdes las llaves

Es la tercera vez que pierdes las llaves

Ya voy te digo que ya voy. Estaré allí pronto. Siempre me preguntas lo mismo y siempre te digo lo mismo. Sí, claro. Ahora no puedo. Ya te dije: ahora no puedo. Perfectamente podrías hacerlo tú. Ya lo hablaremos en casa cuando llegue. Dejé a los niños su comida en la nevera. Dos minutos en microondas. A mí también me gustaría, es un buen restaurante. Podríamos invitarlos a comer el sábado. No este sábado, el otro. Perfecto. Acabo de enterarme. Ya no saben a quién mierda otorgarle el Cervantes. Con el Nobel pasa lo mismo. Y a Borges una mierda. Así son. Ya te dije, dos minutos. Bueno… si quieres tres, pero con dos está bien. Mandé a hacer una copia. Es la tercera vez que pierdes las llaves. Siempre tan ocurrente. Perfecto. Perfecto. Estarán dormidos cuando llegue. No me olvidé, llamé a tu madre y se le dije. Es que es una magnífica escritora. En verdad admiro a tu madre. Está bien. Creo que estaré allí en dos horas. Yo también te amo. Adiós. Un beso para ti también.

Aquello me excita. Ella lo sabe. A ella también la pone cachonda. En cuanto ella dice: un beso para ti también y corta la comunicación, acabamos como si el mundo se fuese acabar. Valga la puta maricona redundancia.

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