Un poema a Gonzalo Arango
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE POR ESTE INSTANTE
Y POR TODOS LOS OTROS QUE VENDRÁN
QUE PUEDEN LLEGAR A SER VIOLENTOS, DULCES O SUICIDAS
Y CON EL INHÓSPITO ULULAR DEL MELODRAMA COTIDIANO.
TE DOY LAS GRACIAS POR BESAR A LA MUERTE SIN ASCO
Y CON CIERTO DEJO DE BREVE ORGULLO.
POCO ME IMPORTA QUE HAYAS RENUNCIADO A TU SANTIDAD
EN ARAS DE FOLLARTE UNA QUIMERA INCONCLUSA.
TAMPOCO ME IMPORTA TUS DIATRIBAS ICONOCLASTAS
O SI FUISTE UN MUCHACHO BIEN DE VIDA MAL,
PERO POR TI CONOCÍ EL AGRADABLE SABOR
DE LA DERROTA
Y A ESE MEDELLÍN SANGRIENTO
DE VIEJAS CALLES INSOMNES.
PADRE NUESTRO QUE ESTÁS DONDE ESTÁS
RUEGA POR TI, POR NOSOTROS Y POR
LOS QUE YA NO ESTÁN
Y TE DOY NUEVAMENTE LAS GRACIAS POR VIVIR, RESPIRAR
Y FESTEJAR JUNTO A TI LA VIVENCIA DE LA BELLEZA
EN SU DECREPITUD. VENGA A NOSOTROS TU REINO.
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