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Siempre fui un tipo de pocos amigos. Ellos lo saben. Mis amigos también son amigos de pocos amigos. Mis amigos y yo sabemos que los podemos contar con los dedos de una mano. Una vez un amigo me salvó la vida. Otro amigo que tanto quiero me dedicó un libro. Un amigo me cobijó en su casa del barrio de Flores cuando llegó la malaria. Una amiga de Santiago daría la vida por mí. Otro amigo me pagó las vacaciones en Mar del Plata cuando quedé sin laburo. Carlos que no es mi amigo me dijo que me anotara en Facebook. Le hice caso y de la noche a la mañana me vi envuelto en un vendaval de amigos. La primera semana tenía 126. La segunda 217 y a la tercera me borré. Sigo quedándome con los dedos de una mano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
18:01
 

SI DESDE STGO YO TE DOY LA VIDA MAO MAO

Menos mal. porque Caralibro (facebook) es financeado por la Cia, vendria a ser la gran ase de datos de la Cia. y para colmo legal..

Buen Blog.