Nadie puede entrar. Nadie puede salir.

Nadie puede entrar. Nadie puede salir.


Bandera de Magallanes.

N

adie puede entrar. Nadie puede salir. El ángel exterminador. Eso pasa. Eso ocurre. Sucede que vivo en Puerto Natales. En Magallanes. Patagonia. Siempre para nosotros fue distinto. Distinto a Chile. Es que también somos chilenos. Pero somos distintos. Hablamos distinto. Pensamos distinto. Caminamos distinto. También tenemos nuestra propia bandera. Muchas veces para nosotros, Chile es un país lejano y extraño. Exótico la mayoría de las veces. En donde pasan cosas. Nos enteramos por la tele. Nos enteramos por otros medios. Un terremoto, por ejemplo, y ayudamos. Ayudamos a Chile. Pero Chile casi no se entera de lo que nos pasa. Vivimos en Patagonia. Lejos. A veces pasa un guanaco, un zorro, un puma. A veces pasa un presidente, un ministro, un subsecretario. Tenemos una sola estación. La estación del frío. El resto del mundo tiene cuatro. En Santiago, que es la capital de ese lejano y extraño país llamado Chile, bajo un sol abrasador, se reunieron tres personas. El tipo que hace de presidente y dos ministros. Resolvieron aumentar el costo del gas. Aumentar el costo del gas, para aquel lejano lugar que tiene una sola estación. La estación del frío. Y no un aumento menor, sino que uno mayor, un 17%. Estamos sentados sobre el gas. Se produce aquí. Es nuestro. Aumentan lo que producimos, lo que tenemos. Primero fue la perplejidad, luego la gente se reunió, más tarde protestó, y al final decidió. Decidió que ya era hora. Decidió hacerles saber a ese lejano país llamado Santiago, que tal abuso no se lo consentiría. Que iríamos a paro. Un paro general. Se formaron comités. Se cortaron las rutas. Se estableció que ese extraño país llamado Santiago, tendría que escucharnos. Se establecieron barricadas. Por eso nadie puede entrar. Nadie puede salir. El ángel exterminador. Los supermercados no abren. Los taxis no funcionan. Camiones atravesados en la carretera. Turistas atrapados. Atrapados en Torres del Paine, coloso turístico de la región, sólo quedan guanacos, zorros, pumas. Turistas sonámbulos, vagan por el pueblo pidiendo clemencia. Caridad. Pero la determinación es firme. Nadie entra. Nadie sale. El gobierno de Santiago manda fuerzas de elite. Bravos comandos que tiemblan de frío en parajes desconocidos. Prontos a entrar en acción. El pueblo no les teme. Siempre es preferible luchar contra ellos, que contra el frío. El frío es nuestro enemigo. También lo es un gobierno insensible. Lejano. Führerliano. Y así están las cosas. Seguro que tomarán medidas. Nos aplicarán correctivos. Hablarán del orden y de la ley. Que la ley es igual para todos los chilenos, que la harán cumplir. Pero perderán. Lo sabemos. Perderán. Ya perdieron. No se juega con la gente del Sur. Somos distintos. Hablamos distinto. Pensamos distinto. Caminamos distinto. También tenemos nuestra propia bandera. Y el orgullo intacto. De sabernos hijos de una estrella. De una larga data de luchas y verdades. Es el espíritu de tanta gente que nos moldearon. Pertenece a nuestro ADN. De viejas luchas sindicales. De Antonio Soto Canalejo y de tantos otros líderes, que marcaron el camino. Y así estamos. En la tensa espera. Diciendo basta a la impunidad de los señores de Santiago. De ese extraño y lejano país, que fagocita y maltrata, a sus mejores hijos del Sur. Que Dios se apiade del alma de los sin alma. De la nuestra nos encargaremos nosotros. ¡Bienvenidos a la Patagonia!


17 comentarios:

Anónimo dijo...
02:49
 

puta que se ve linda nuestra bandera en este blog weon te pasaste loco

Pienso en la Región Austral como un lugar de encuentros, desencuentros, de fronteras y de integración, de arraigo y desarraigo. Todos estos acontecimientos aquí nos hace hallarnos con algunos sucesos que manifiestan representaciones tan dispares y tan diversos e interesantes a la vez, acerca de nuestra cultura, que nos muestra mas inhospitalaria en la tolerancia y en solidaridad, intrigante en acciones políticas, vertiginosa en la vida social.

Ruty

n. dijo...
12:47
 

hugo, gracias por la lucidez y el calibre de tus palabras.

n.

Un abrazo poeta n.

Guau, Hugo.
Qué clarito. Si yo fuera Santiago ya me estaría bajando los pantalones y dejando en paz al Sur.
Por cierto que Sur más distinto de este! ¿Cómo se les ocurre llamarlo igual?

Un abrazo Pilar.

DIXI


Sólido, contundente...así no más es.
Un abrazo
Beatriz

r. dijo...
22:51
 

Cartaphilus, a este sur también lo nombran Austro. Sí, es muy distinto a ése norte nuestro que en Stgo nombrab Sur...
Hugo, notable... qué más decir? todo ya està arriba... notable... gracias por sus palabras

Un abrazo Beatriz. Saludos r.

Un abrazo solidario de un paisano de ese territorio común que es el territorio del frio.

Un abrazo Alberto.

gracias por tu palabras.
Magallanes como siempr dando ejemplo de movilizacion ciudadana !!

Anónimo dijo...
15:17
 

Grande Magallanes por la xuxa, somos distintos y los wnes del norte no cachan nada. Le dimos una lección de unidad y lucha ¡¡Viva La Republica Independiente de Magallanes!!

Una cosa es leer el "Magallanes" de Stefan zweig y otra vivir en Magallanes. Yo no leí ese libro del gran suicida, ni viví en Magallanes. Si, estuve un día, hace muchos años, de visita mínima en Río Gallegos. Y recuerdo a un chileno grandote que me observaba intrigado (un avión me había dejado allí como quien llega de paseo). Paseando, el chileno me dijo cariñosamente: "Oye ¿Tú sabes dónde estás? ¡Estás en el culo del mundo! ¡Ni se te ocurra quedarte a la intemperie por la noche!"
Yo ignoraba y desconocía, pero un diseño estaba previsto: Hugo Vera regresaba a Puerto Natales y esa noche un avión me regresaba a Aeroparque en BsAs.

Un abrazo czanzi. Hola Jose Maria. Recuerdo ese día Yoel como si fuera este minuto. Lavándote las patas en la ría de Río Gallegos. Y el compatriota del Culo del Mundo. Un abrazo.

Anónimo dijo...
18:21
 

este weon se hace el leso y es uno de los mejores de este Chile. Es lo mejor que e leido en mucho tiempo.

Anónimo dijo...
17:43
 

mi post favorito del 2011, gracias hugo, un abrazo para usté y todos los lectores/as d inmaculada

n.