Se emborracha y canta boleros

Se emborracha y canta boleros

Estamos solos. Dios y yo. Aburridos. Sin horizontes. Ni playas ni mujeres. Solos. Me pregunta qué hacemos. No lo sé. Le digo que no sé qué hacer. Me pregunta que si no me apetece ir a un bar. Entramos a uno. Pedimos un par de cubatas. Luego otro. De un tiempo a esta parte Dios se le ha dado por la bebida. Y por mujeres. Yo lo dejo hacer. Sé de su soledad. Tan vasta como la mía. Pero peor. Si bien yo ahora estoy solo, él siempre lo estuvo. Sin nadie a su lado. Lo entiendo. Es una vida complicada. A veces quiere divertirse y acude a mí. Evidentemente no lo divierto, pero sé a quién acudir por diversión. Cubatas y chicas. Pero tiene un problema. No se maneja bien en los bares. Ni con la bebida ni con las chicas. Ni con la vida. Eso creo. Le digo que sea respetuoso. Que las mujeres necesitan respeto. Que no está bien que llegue y las manosee de buenas a primeras. Que no apure su trago. Que no se emborrache rápidamente. Que no crea que todas ellas estarán a su disposición. Que él no es quién para llegar y follar al toque. Pero no entiende razones. Hace lo que se le viene en gana. Se emborracha y canta boleros. Hastiado a más no poder, lo dejo allí, en el bar. Me voy. No lo soporto. Es que siempre es lo mismo. La misma letanía. Al otro día ya sé lo que tengo que hacer. Lo sé. Lo hago siempre. Ir a la policía, pagar la multa y llevarlo a casa.

4 comentarios:

Dios es Amor.

Anónimo dijo...
15:38
 

Qué bien se porta usted con Dios, espero que sepa agradecérselo.
Conmmigo no viene nunca de copas porque yo sólo bebo cerveza y algún chupito de tequila José Cuervo, jeje, además me gustan los hombres.

Saludos.
Valeria

Saludos Matías también Valeria.

Lo que más que fastidia de Dios es que SIEMPRE me confunden con él. Es un chiste. Saludos.