Cerrar las piernas y rezar

Cerrar las piernas y rezar

Es joven de barbita. Simpático. Inteligente. Gracioso. Una mierda de tipo. Es sociólogo o algo así. Uno más entre los millones que pueblan el planeta. Se dedica a levantar minas. Mujeres. No sé si me explico. Las encanta con una sonrisa casi perfecta. Con citas de dos o tres autores que ya nadie lee. Las encanta contándoles su viaje a Machu Picchu. Su viaje con hongos alucinógenos por Iztapalapa. Su encuentro con Castaneda y Jodorowsky. Su afición por la psicodelia y la contracultura. Su viaje, su viaje, su viaje. Y aquello sería todo. Las chicas caen rendidas a su encanto. A su pobre encanto de mierda. Pero no todo es malo en él. Folla de maravilla el pinche cabrón. Luego se marcha. Huye. Dejando un nuevo ser en el planeta. Se va de rositas sin pagar pensión alimenticia. Se va a otro lugar. A otra capital. Puede que a Madrid o Amsterdam. Se va. Se va a otras chicas. No hay antídoto para alguien así. Un joven de barbita tan encantador que es sociólogo o algo así. Sólo cerrar las piernas y rezar.

comentarios:

Anónimo dijo...
02:24
 

Yo soy así, pero sólo después de las 6 de la tarde.