El día que mataron a Julián

El día que mataron a Julián

El día que mataron a Julián vino a verme. Julián vino a verme. Le quedaban exactamente siete horas de vida. Tomamos un café. Hablamos de la Guerra del Golfo. De su hija pequeña. De fútbol. De box. De Kafka. Borges y de su futuro en Tierra del Fuego donde marcharía. Fue un lindo encuentro. Lo abracé y se fue. Nos volveríamos a ver el martes siguiente. El miércoles partiría a Tierra del Fuego. Cuando le quedaban seis horas de vida comencé a preparar el almuerzo. Llegó mi hijo del colegio, almorzamos, revisé sus tareas, lavé los platos, atendí el almacén y revisé mi correo. Una hora antes de que Julián se muera, de que a Julián lo maten, vino Fabián y hablamos de su banda de Rock. De la posibilidad de tocar como teloneros en el concierto de Faith No More en Chile. Le conté que al mediodía estuvo Julián. Me dijo que se había encontrado con él por la mañana. Que le comentó que el miércoles partiría para Tierra del Fuego. Luego Fabián se fue y me dediqué a ver un partido del Fenerbache. Más tarde me llama Claudia. Me pregunta si sé lo que pasó.

2 comentarios:

La puñeta humana es más fuerte que uno mismo.Aunque el físico no de pa más. Si me dejan solo por un momento, lo único que voy a hacer, es la paja, aunque no llegue a nada y otros menesteres apremien.

Crónica de la muerte cotidiana...