Mi madre es más importante que la llegada del hombre a la Luna.

"inmaculada decepción"

Ya lo dije alguna vez. Mi madre tiene 104 años y dice que va para los doscientos. En verdad mi madre no es mi madre pero es mi madre. Técnicamente es mi abuela pero está conmigo desde que yo tenía dos meses Aquello es formidable. Con el tiempo su carácter se ha dulcificado. Ya no me persigue por todo el pasillo tratando de darme un sopapo. No me reprende cada dos por tres. No me hace bajar el nivel de la música (The Beatles). No echa a mis amigos de la biblioteca-bar. Ya no tiene necesidad de defenderme con la tranca de la puerta. No me pide que lustre mis zapatos. Ya no me lava la ropa en su artesa. No se enoja si juego al fútbol con mis zapatos nuevos. No da su consentimiento si me gusta una mina. No dice nada si me fumo un porro. Si bebo un trago de más. Si vuelvo tarde a casa. Si rompo una copa. Si ensucio el piso. Si dejo un reguero de ropa rumbo al baño. Ya no me obliga a comer lo que no me gusta. Ya no me dice: ¡Fíjate bien con quién andas! Ya no me espera cuando vuelvo tarde a casa. Ya no reza por mí. Para que me vaya bien. Para que Dios salve mi alma. Mi madre.

Mi madre es más importante que la llegada del hombre a la Luna. Que la penicilina. Que Machu Picchu. Que Rimbaud. Que las Obras Completas de Baudelaire (Ediciones Aguilar). Que todas las mujeres que amé o dejé de amar. ¡Que Freud se vaya al carajo! Amo a mi madre. Cuando yo cumpla 104 años y vaya para mis doscientos, la seguiré amando. Madre querida de mi corazón. De seguro que no leerás estas letras que un día escribió tu hijo. Tu pobre hijo poeta. Tu hijo que no fue lo que tú querías que fuera. Aquello no tiene importancia. En verdad que no tiene importancia. Fuiste lo mejor de mi vida y eso es suficiente. Es suficiente. El resto será literatura insustancial. Simple vana literatura insustancial. Te amo madre mía de mi corazón. Eres mi mejor poema. Mi mejor canción. Madre mía de mi corazón. Te amo madre mía de mi corazón. Eres mi mejor poema. Mi mejor canción. Madre mía de mi corazón.