Carmen Ábalos: Sola

Carmen Ábalos: Sola


SOLA

Porque fui caminando por el mundo
e iba sola
y no me detuve en templos ni posadas
se me gastaron los zapatos.
No podía ser de otra manera.
El mundo es vasto como un silencio.
Toda ciudad tiene su torre
para empinarse
y está sola.
¿Por qué habría de parar en casa?
¿cambiar palabra por palabra?
Nadie suma los dedos de la mano
a veces por el aire pasa una bicicleta
y nos prendemos una lágrima
en el ojal o el suéter
porque no todo nos resulta fácil,
hay argumentos
familia
esquemas que la gente no se atreve a romper
porque es más bien difícil
caminar por las calles mirando el aire
las palomas
o la tristeza de los otros.
Ningún país
hace más felices a los que están encima
o debajo de las cosas.
Por eso parto sola
(y sigo sola) como esos volcanes
que a veces tienen horribles sacudidas
pero se restablecen.
Todo vuelve a una calma superficie.
Los caminos se borran.
Donde hubo un árbol
una zanja indica
que había que mudar la geografía
romper el molde antiguo
no habituar a las gentes
porque nada es de siempre
ni las gentes.
No se puede partir del mismo punto
hay que partir de "a" como en el alfabeto
tragarse las lágrimas
y ser de nuevo arcángel
piedra bruta
borrachera de vino caliente en el invierno
sol desteñido
brumas.

CIUDADES MELANCOLICAS

Como el vino
el amor se me sube a la cabeza
y me produce sudores nocturnos
mientras el reloj las dos las tres
las cinco
como si cada hora fuera un aniversario
y uno cantara arriba de las mesas
o dijera el monólogo de siempre
para los parroquianos que no entienden nada
o no les interesa
porque las ciudades melancólicas
procrean muchos seres como yo.
Pero el amor se me sube a la cabeza
y regreso en zig-zag sobre mis pasos.

VIAJE

Estoy inundada de sudor
como si me empezara a derretir.
Me voy mañana de este mundo,
tengo un cuchillo
o dos
por si me falla el pulso.
Adiós.
Mañana ha de hacer sol.
Los caminos de nuevo
tendrán calor de pasos.
Que tengas suerte
cuando sea nuevamente día
cuando de nuevo sea noche
y levantes la voz y nadie te responda.
Adiós.
No me perturba
el armario que permanecerá cerrado
la puerta que permanecerá con su valor de puerta
y con su llave inútil.
Un día
también yo tuve pena
y tú te fuiste
y fue inútil la llave
el agua
el día
la noche tejiendo su orfandad
el humo triste del cigarro
la música y la televisión.
Me importaba tu ropa con la mía
las dos escobillas de dientes en el vaso
el hisopo junto a la barra del rouge
y las pequeñas cosas de ser todos los días una pluralidad la vida,
y tú te fuiste
dejando el tubo de pasta a medio consumir
la hoja vieja de la máquina de afeitar
con la que ahora deshago mis costuras
o le saco punta al lápiz de las cejas.
Te fuiste
y un huracán de vientos negros
fue barriendo la casa.
Hoy vuelves
o mañana
y entrarás en la abertura del cerrojo
la llave que sigue en tu llavero
y silbarás tres veces
anunciando como siempre tu llegada
y andarás a las voces sin que nadie responda.
Tirarás sobre los muebles tus objetos
los zapatos que mañana habría que limpiar
los pantalones arrugados por el viaje
las camisas sucias
y todo ese celemín de cosas
con que andan los mortales por la vida.
Yo no estaré ese entonces.
No habrá nadie que duplique con ceniza
la ceniza de tus cigarrillos
nadie que responda con palabras
a las palabras tuyas.
Entonces empezarás a sentirte un poco desdichado
un poco solo
un poco ajeno a todos los bullicios
y te vendrán ganas de orinar
mientras preguntas a dónde me habré ido.
En alguna estrella estaré riendo
y de pura pena de verte tan caído
me darán ganas de volver
para besarte.
Pero me voy
me he ido para siempre.

2 comentarios:

Es maravillosa. No la conocía...
Gracias.

Gracias por estos aportes.
Estoy investigando a los poetas chilenos y cuesta encontrar en la red algo de sus poemas.

Saludos