discépolo/ 4X4

discépolo/ 4X4


discépolo comenta el estreno de "qué vachaché":

"… un desastre… una catástrofe… se cayó el teatro… un terremoto… se hundió el escenario… Todo lo que diga de aquello es poco. Yo francamente pensaba que el tango estaba bien. Que estaba clara su intención y su sentido. Lo presentamos en mitad del espectáculo… En el público al principio fue como una sensación de incomodidad… Luego empezaron los cuchicheos en la platea, se extendieron a los palcos, por ahí descendió a la galería un comentario. ¡Y empezó a temblar la tierra!... El público no entendía aquello, y, como siempre, cuando algo no se entiende, se rechaza. Para el público aquello no era un tango. No era lo que estaba acostumbrado a escuchar. Y en cuanto a la letra… ¿qué puedo decir?"

discépolo explica el nacimiento de "esta noche me emborracho":

"Me encontraba en Córdoba en una estación de tuberculosos. Habíamos ido a acompañar a un amigo que al poco tiempo murió. El cuadro de este amigo que se sabia enfermo y que nada hacía por curarse, porque era inútil, comenzó a invadirme con su enorme, inapelable dolor. En una casita de enfrente vivía un matrimonio. Los dos estaban tuberculosos y trataban de ocultarlo entre ellos mismos, de aturdirse y todo era inútil. Se me empezó a aparecer entonces la idea del alcohol, del aturdimiento, del no pensar en los males que no tienen remedio. Pero con este tema no podía hacer un tango. Era demasiado tétrico. En Córdoba recogí pues la semilla. Luego la trasladé a la ciudad y la ciudad le dio forma. Forma completamente distinta pero con dolor igualmente inapelable. El tiempo que envejece es tan indesviable como la muerte que llega. La ruina de la mujer que ha sido joven y ha sido linda es tan triste como el espectáculo de la salud que se va. Y de todos modos, para todo lo que no hay remedio, yo sentí el grito de mi tango: aturdirme".

discépolo habla del dolor del mundo:

"… hay un hambre que es tan grande como la del pan y es la de la injusticia, la de la incomprensión. Y la producen las grandes ciudades donde uno lucha, solo, entre millones de hombres indiferentes al dolor que uno grita y ellos no oyen. Londres y Nueva York grises, Buenos Aires gris, todas deben ser iguales. Y no por crueldad preconcebida, sino porque en el fárrago ruidoso de su destino gigante, los hombres de las grandes ciudades no pueden detenerse para atender las lágrimas de un desengaño. Las ciudades grandes no tienen tiempo para mirar al cielo… El hombre de las grandes ciudades caza mariposas de chico. De grande, no. Las pisa… No las ve. No lo conmueven…".

discépolo explica su teoría del personaje:

"… aquella idea la encarné en un hombre que encuentra aquello que amó tanto, aquello que fue su gran amor, convertido en un harapo. La idea llega y golpea dejándome herido, enfermo, pleno de tristeza. Entonces me recojo, sufro, hago mi pequeño drama interior con el drama apenas intuido antes… Así van surgiendo frases, como ser: "sola… fané… descangayada…" Eso es. La pintura de la visión cruel de la mujer vencida. Luego viene el complemento, el adorno, la corona de espinas que le cuelgo a la imagen de la pobrecita: "flaca… dos cuartas de cogote…" Enseguida sobreviene el recuerdo de lo que ella fue en el tiempo en que yo la quería… Más tarde, los remordimientos por el mal que le hice a los demás y por el que me hice a mí mismo… y por fin, la situación final, la imprescindible obligación de aturdirme, de mamarme bien mamao, para olvidar…".

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