A pesar de Don Francisco seguimos existiendo

A pesar de Don Francisco seguimos existiendo



El espíritu invadido por maravillosos ensueños se arrastra miserable por este país sin nombre donde la realidad dulcificada ahoga nuestro destino; debido a esto la mayoría de las personas se equivocan al ir a las farmacias con el propósito de satisfacer sus bajos instintos; en contraposición al zapatero, que casi nunca soslaya lo impredecible, como por ejemplo en los hospitales, en donde la mercadería se exhibe fresca y al instante. Una gangrena verde verdaderamente exquisita, dos ojos de Miss Simpatía suspendidos y tumefactos, una liendre de cocodrilo y veinticuatro minutos de sesenta horas, porque es evidente que "la sucesión de instantes que lucubra un elefante en su relación intemporal con la Carretera Austral, es la que nos lleva a desencontrarnos con nosotros mismos"; dijo la ardilla y se sonrió.
Como dijo aquel poeta de Lanús: "La poesía se prostituye en nuestros bares como una vulgar mujercita de piel de jade y caderas elásticas", los poetas están extraviados en el exilio de su sombra, el deseo de fama es la fiera devoradora del talento. Muchas becas para ganar, muchas chicas para follar. Seres locos, maniáticos, feéricos, insoportables, seres originales y depresivos. Caminamos mucho para ir a ninguna parte ¿Cómo encontrar a Luzbel y establecer un pacto de caballeros? El pasado es una extensa sombra en el desierto del presente, somos perseguidos por nuestra propia sonrisa, los negros presagios navegan a plenitud por el mar de nuestras cobijas, los puertos se encuentran vacíos, el agua se despide del mar y Alex-Olivier Oexmelin danza frenético en la bahía.
Un fluir de perros en la noche, una lontananza de intolerancia cero, todo irreal, todo payasesco e irremediablemente neutro. La primera vez que observé esta situación, me encontraba saboreando esas herramientas que utiliza una dama para embellecer su menopausia, mujer que en el esplendor de su vida, rehace su historia vital para imprevistamente encontrarse ante la tumba de su nieto ¡Escucha Cachivache! Y es en ese instante en que se percata que ya nunca más lo verá corriendo con la camiseta número 5 del Club Bories. Y la muerte rondando como la abyecta mosca a la flor, en este jardín inmenso de estupidez y desamparo. El futuro, si existe, está más allá de las estrellas, y nosotros acá, perdiendo el último tren a Guillón.
¿Quién habla hoy día de la gran poeta chilena Mónica Arnedillo? ¿Cuál es la antología de nuestros diletantes antologadores siempre antologados, en la que se menciona a esta grande entre las grandes? Aquella que en 1951, en un alarde de profecía hermética escribía estos versos: "Tu amor se convirtió/en un gol de Colo Colo/Lleno de amaneceres/entre filtros de sol/apasionado/nos amamos…/Y haciendo footing/navegamos entre nubes/dejando a Picasso/que cantaba rock/en un estadio azul/lleno de adiós.".

En estos momentos la semilla del insomnio ha penetrado en nuestros ojos, la brisa trae quejidos de algún barco pirata, los arrecifes son tan inciertos como los exámenes de orina; ya nada importa, ser médico, maleante, ministro o carnicero es la misma agonía. Los ciegos despiertan a la luz y gorriones celestes se posan al borde del sol, pero también es cierto que muchas veces la mierda que utilizamos en mampostería, no es necesariamente sinónimo de caca, pero ¿Cómo verificarlo? De ninguna manera podemos caer en la declaración del jovencito aquel: "Yo no intenté matar a Su Excelencia Sr. Delincuente; sucede que andaba cazando chacales y él, ¡Maravillosamente! se interpuso frente al punto de mira, después Ud. sabe, se vendó la mano mientras Lucía se desabrochaba la bata. ¿Desean crucificarme? Bueno está bien… pero antes quiero escuchar una vez más a Ginette Acevedo cantando "Que bonita es mi Tierra". Dudamos tanto… la duda corroe el alma y se enquista en el omóplato, al lado de luciérnagas amarillas, doradas, efímeras ¿Cómo creer en la higiene que ofrece una prostituta o un candidato en campaña? Las ladillas indican que el amor puede picar en cualquier parte, en el pubis o en la tribuna. El día es la noche disimulada, animales flotantes bailan en el cielo, somos; ¡Los eternos Practicantes! El amor es el odio ataviado con la máscara del incauto; pero a pesar de todo, a pesar de nosotros mismo, lideramos nuestras formas y avanzamos firmemente hacía el horizonte encadenado al ritmo frenético del tiempo, de este tiempo maniatado por sus cuatro costados, y exclamamos cual Mahoma en uno de sus hadices "La intención vale más que la acción".
¿Qué recuerdo tenemos hoy de Kart von Rokitansky, dulce y tímido médico alemán que realizó más de 30.000 autopsias, y que fue dueño absoluto de todos los cadáveres? ¡Oh alemancito simpático y bonachón! Desde Natales mi recuerdo y una sonrisa irónica a tu excelsa labor.
Seguramente astutos lectores, habrán observado la lucidez que emanan estos escritos, comparados con los discursos del Presidente, pero no, no hay tal; ya no es el tiempo de Sófocles ni de Virgilio, los magos ya no sacan conejos de sus galeras y ya solo nos queda la certeza del Halley. Como dijo el zorro cuando lo pillaron robando aparatos de TV. "Yo solamente quería pensar".
No es que las líneas onomatopéyicas del lenguaje se encuentren obturadas, no; lo que sucede es, que la actitud que ha adoptado el señor Margoni da como para pensar en aquellos caballos que otrora hacían las delicias del indio patagónico, y era, en aquellos vastos territorios en donde galopaba tan velozmente nuestro Embajador en Argentina, y en este mismo instante dejo planteado el siguiente interrogante: ¿Será verdaderamente más perjudicial las hojas que caen en otoño que aquel Ministro de Hacienda que gime por sus compañeros desaparecidos? ¿O será más importante la libertad que se mueve en los rincones que el libertinaje en la casa de Oyarzo?.
Seguramente esto a más de alguno le puede llegar a resultar extraño, pero no es así, ya que el cuchillo del cacahuate de ninguna manera es tan detonante como una muerte en Palermo; por ejemplo. Es muy posible que el Director de la Orquesta Filarmónica piense lo contrario, en fin… Hegel ya está muerto y yo me emborracho en las esquinas con mis amigos, los mendigos.
Para situarnos en el resbaladizo tiempo, diremos que a pesar de Don Francisco seguimos existiendo, continuaremos chupando de este hueso, aunque sea a mordiscones, realizaremos el total del viaje.


2 comentarios:

Yo voto por seguir el viaje con usted; y que nos embriaguemos en las esquinas.

He regresado, que lo sepa.

evidentemente Ud. alborota el avispero cuando deja el piloto automático y empieza a funcionar bajito, su vuelta al redil blogero hará la delicia de grandes y chicos. un besote shered.