Rosa Luxemburgo
"El gran desmoronamiento del terreno parece no haber terminado aún y es terriblemente difícil determinar la estrategia y ordenar la batalla en un suelo tan movedizo y agrietado. A decir verdad ya no temo nada. Al principio, el 4 de agosto, me asusté; después recuperé toda mi calma. La catástrofe ha tomado tal amplitud, que las dimensiones normales del sufrimiento y la culpa humana ya no sirven; los desencadenamientos de la naturaleza tienen un poder calmante por su misma amplitud y su carácter ciego. Finalmente, cuando las cosas llegan al punto en que todo el esplendor de la paz no es más que un fuego fatuo sobre los pantanos, lo mejor es que todo reviente. Entretanto, experimentamos el suplicio y la incomodidad de este estado de transición que realmente se aplica a nosotros: cuando lo muerto se apodera de lo vivo. El carácter miserable de nuestros amigos que dudan, de lo cual usted se queja, no es otra cosa que el fruto de la corrupción general reinante en la barraca que resplandecía en tiempos de paz y que hoy se desmorona. Y de allí la prueba; no era más que un petardo mojado. Esto debe, fatalmente en mi opinión, seguir desmoronándose y estallar en pedazos hasta que no quede más que la madera sana".
Carta de Rosa Luxemburgo a Franz Mehring.
comentarios:
13:50
El problema, amigo Hugo, es que este mundo, según Miller, lleva cien años o más muriendo y todavía no acaba de morir, como si estuvieramos inmersos en una constante agonía, y no agonía como lucha que dice Unamuno en alguno de sus libros, sino agonía como languidecimiento, lenta e inexorable pudrición, sordidez inoxidable...
Y al mismo tiempo a veces nos olvidamos que estamos muriendo-o muertos ya, tal vez- y somos capaces de sonreír y pasarla bien
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