Hasta llegar a la última galaxia

Hasta llegar a la última galaxia

Cada vez me alejo más. De todo. Lejos muy lejos. Todo es muy pequeñito. No se ve nada. Un misterioso silencio. No hay luz. Nada. Algo indica que tuve un corazón. Algo así como un músculo. En este lugar no hay música. Eso es terrible. Solo silencio. Por lo menos si tuviese mi corazón. Viajo a una velocidad que sorprende. Solo. Y será así para siempre. Trato de regresar y no puedo. Hago el esfuerzo. No puedo. Solo en una dirección. Como un rayo. Trato de recordar y no puedo. Hago el esfuerzo. No está permitido recordar. Aunque nadie lo prohíbe. No se puede recordar. Tengo que haber sido algo. No digo alguien. Tengo que haber sido algo. No siento nada. Solo viajo y los planetas van quedando atrás. Algo me indica que no podré parar. ¡Velocidad! Qué fui realmente. También algo así como un estremecimiento, me indica que aquello no tiene importancia. Es el traslado vertiginoso que no ha de parar. Eso es todo. Un traslado a ninguna parte. Solo la velocidad permanece. Permanente. Y el silencio. Lejos muy lejos. Sin corazón. Sin música. Sin nada. Hasta llegar a la última galaxia. Luego sobrepasarla. Y seguir. Y seguir. Por toda la eternidad. Y más.

3 comentarios:

Este relato me interpreta completamente, aquí entre nosotros - es decir la mayoría - ingenuamente, primorosamente, puerilmente, creemos ser alguien y muchos saltarán a defender su teoría, y en otro momento de seguro haré lo mismo, pero al fin y al cabo somos algo, algo más de todo esto, sometidos a la tortura de vivir.

Anónimo dijo...
14:04
 

Si se me permite la vil comparación, me recordó mucho al final de la película '2001: Odisea en el espacio' de Stanley Kubrick.

Alicia dijo...
01:20
 

De alguna forma extraordinaria siempre coinciden sus escritos con lo que estoy sintiendo en el momento. ¿Que hacer cuando se ha abandonado todo?