Cuando mi hijo tenía 5 años me preguntó quién fue Pinochet. ¿Papá quién fue Pinochet? Tarde o temprano llegan las preguntas de los niños. Y uno hace lo que puede. Somos padres. Son niños. Hay que explicarles. En lo posible en su lenguaje. Para que entiendan. En lo posible. No siempre es simple. O fácil. Hay que estar ahí. Me lo preguntó cuando ya estaba en cama. Traté de que fuese como un cuento. Traté. No sé si lo hice bien o mal. Pero lo hice.

Bueno… era un militar que se juntó con otras personas. Algunos eran militares y otros no eran militares. Un día cualquiera se levantó y dijo: estoy cansado de este mal gobierno y quiero salvar a mi patria. Seré el salvador de mi país. Entonces… (Una palabra que figura muchísimas veces en cualquier cuento infantil que se precie de tal). Entonces…habló con su gente, militares y no militares y les dijo: estoy cansado de este mal gobierno, ustedes ¿qué opinan?. Nosotros también estamos cansados dijeron los que escuchaban. Entonces… mandó aviones, tanques, soldados y metralletas y fue a sacar al Presidente. Los aviones bombardeaban al Palacio de Gobierno. Los tanques bombardeaban el Palacio de Gobierno. Las metralletas metralleaban al Palacio de Gobierno. Sacaron al Presidente. Entonces… mataron a mucha gente. Tomaron prisioneros. A muchos los llevaron a una isla remota. Los hacían cantar marchas militares. Y así… A otros los mandaba a lejanos países. Mucha gente desaparecía de la noche a la mañana. A algunos les cortaba la garganta. A otros los encerraban en un campo de fútbol. Le cortaban las manos. A otros lo metían presos en un buque. No dejaban salir de las casas después de la siete de la tarde. No dejaban. A eso le llamaban toque de queda. Así le llamaban. Si querías salir no te dejaban. No podías circular por la calle. Prohibió alguna música que no le gustaba. Algunos libros que no le gustaban. Incluso acá en Puerto Natales quemaron libros en la plaza pública.

Termino de contarle el cuento y mi hijo comienza a reír. A reírse frenéticamente. No para de reír. Ríe y ríe. Me dice: que buen cuento papá, estuviste genial, es el mejor cuento que me has contado, es lo que tú dices: lo más importante es la imaginación.