Una sola lágrima rodó por mi mejilla

Una sola lágrima rodó por mi mejilla

Ella dice que le escriba un poema. Me llama desde Santiago. Que el 29 vendrá y espera para esa fecha un poema. Un poema mío para ella. Un poema dedicado a ella. Y no se me ocurre una puta nada. Ella es una mujer que apenas conozco. Se enteró que era poeta y quiere que le escriba un poema. Ha venido a casa y me dice: Hugo quiero un poema. No estoy seguro si ella también le pide a un tipo de por ahí, un millón de euros. La cosa es que me pide un poema. Un poema para Ella. Apenas la conozco. Aunque vive cerca de casa, apenas la conozco. Además hace 75 años que no escribo un poema. Podría haberle dicho que no escribo poemas a pedido. Podría haberle dicho que hace 75 años que no escribo un poema. Podría haberle dicho que ahora soy asesino serial. Y no. No dije nada. Es más. Le dije: te escribiré un poema. Te aseguro que te escribiré un poema. Te juro por la Constitución de Sri Lanka que te escribiré un poema. Y falta poco para el 29. Ella llegará y querrá el poema. Y no se me ocurre una puta nada. Hasta que viene a mi auxilio el Noticiero de Televisión Nacional. Fue arrollada por un conductor ebrio en Santiago. Ella fue arrollada por un conductor ebrio en Santiago. Una lágrima rodó por mis mejillas. Una sola lágrima rodó por mis mejillas. Luego me alegré. Pensé: esta vez tuve suerte.

comentarios:

Un noble acto de la Divina Providencia.