Treinta minutos

Treinta minutos

Fuimos juntos a una fiesta que daba Fabián. La verdad que estábamos bastantes borrachos. Salí a tomar un poco de aire y a fumar un pitillo. Ya lo sé. Eso de tomar aire y fumar un pitillo es toda una contradicción. Pero en eso estuve durante un tiempo. Estando allí, me junté con José Miguel y hablamos de fútbol y mujeres. Estuve allí algo así como treinta minutos. No sé exactamente el tiempo transcurrido. Pero tuvo que ser unos treinta minutos o algo así. Luego entré a buscarla y no la encontré. Subí las escaleras y vi a un par de tipos que se masturbaban desde la puerta que daba al dormitorio. Los hice a un lado y la vi. Era ella. Mi chica. Estaba con tres tipos cambiando de posiciones. ¡Era mi chica! Quedé estupefacto (odio la palabra estupefacto pero qué le voy a hacer). Quedé estupefacto. Nuestras miradas se cruzaron. Cambió de posición como si nada. No lo podía creer. Cuando deslizó su culo en dirección nordeste, la perdí de vista.

2 comentarios:

Aunque no te guste la palabra, es la correcta. Como dijo Lord Hamilton, cuando Lady Hamilton lo encontró en la habitación de la mucama y le espetó: "James, ¡estoy sorprendida!" Él, flemático, contestó: "No Margaret, tú estás estupefacta, el sorprendido soy yo".

Saludos Matías.