Esta es una casa decente

Esta es una casa decente

Y todos partimos para la casa de Germán. Germán nos había dicho que su casa era una casa decente y que patatín y que pataplán. Era ron, wiski y fernet Branca. La música moderada. Todo lo moderada que puede ser la música de Devo. Carolina me dice que la acompañe al baño. Nunca me niego cuando una mina me dice que la acompañe al baño. Luego me pregunta si me gustan sus bragas. Luego me pregunta si me gustan sus pechos, sus caderas, su coño, sus piernas y sus pantorrillas. La tomo violentamente y la pongo contra la pared. Se vuelve loca la muy zorra. Me dice: te tenía ganas. Y yo ahí. Nunca la había visto. No sabía de su existencia. Fuerte más fuerte grita la blonda. Golpean la puerta del baño y escucho a la madre de Germán pidiendo que abran la puerta. “Abran la puerta”. Y sigo. De un golpe abre la puerta. Se van de aquí nos dice, está es una casa decente. Se van todos de acá incluso mi hijo. ¡Todos a la puta calle! Grita la madre. Hay un pequeño revuelvo y partimos. A la puta calle. La madre me llama. Dice: Hugo ven acá hijo de puta, quiero hablar contigo. Me dice: quiero que termines lo que habías comenzado con esa puta rubia de bote. Fue uno de los mejores polvos de mi vida. Al despedirme dice: ven cuando quieras, ven siempre.  

2 comentarios:

Siempre se pasa bien en las casas decentes.
Saludos!
S.

Las casas decentes son para hacer cosas indecentes... ¡Me trae recuerdos!