Nunca te amé

Nunca te amé

Ahora sólo sueño con faros iluminando la tempestad.
"inmaculada decepción"

A Guillermo Muñoz Mieres.

Ya pasó toda la faramalla de fin de año. La rutina vuelve limpia. Ni un atisbo de mejorar la raza humana. Viejos irritables. Niños aburridos. Modelos famélicas. Veloces deportistas. Todo vuelve a la puta irritante normalidad. Ya nada de abrazos. Besos. Las mejores intenciones. Familiares que vuelven a ignorarse. Amores que mueren como fogatas de asados. Todo el marisco sobrante a la basura. En verdad que no me quejo de todo aquello. Me da igual. Ya no me creo ni a mí mismo. Alguna vez soñé con cambiar el estilo de las cosas. Ahora sólo sueño con faros iluminando la tempestad. Y estoy alegre no sé por qué. Debe ser la absenta que me tiene así. Debe ser. Debe ser la absenta que me tiene así. Mañana amanecerá más temprano. Un carancho se posará sobre donde estuvo mi corazón. Sólo encontrará un enjambre de papeles marchitos. Un poema de Lautréamont. Una carta que no se envió a tiempo y un ángel negro plañidero. Mañana amanecerá más temprano y un sol esquivo iluminará tu cuarto. Siempre estaré en algún lugar. Lo siento. Tendrás que soportarme después de muerto. Lo siento. No fue mi intención. Yo sólo quería una cerveza, un porro y el amor de Anouk Aimée. Lo siento. Nunca te amé.

3 comentarios:

"Debe ser la absenta..." Sigue soñando con faros que iluminen este 2016.
Un abrazo
Beatriz

(El año viejo fue mi año. Hice el viaje de mi vida. Estuve en Vichy y probé la absentha )

Un gran abrazo Beatriz.

Anónimo dijo...
09:31
 

Todo es normal, apreciado anormal. No se oyen disparos de bengalas. Las luces rojas ahora están en los ojos adormilados. Se escuchan ecos de una bandurria. A lo lejos alguien canta, pero es otro eco de la infancia. Ahora que los familiares retornaron a sus madrigueras la familia humana escoge toneladas de pixeles: la deformación, apreciado anormal, la deformación de la pantalla plana. Y en los cielos de Natales debió brillar una estrella fugaz que no era fugaz ni era estrella. Y por acá, en este Puerto Cisnes donde no existe ningún ave semejante, los cuatro metros de lluvia anuales se abrieron a un cielo despejado. ¿Presagios? ¿Efectos del cambio climático? El tontito de la radio a pilas sigue caminando en círculos y oyendo a Los Vásquez. A veces, solo a veces, levanta la cara desde el suelo y sonríe. Sonríe sin saberlo. Y uno queda apresado en esa sonrisa inútil, como venida de otro mundo. Y entonces se siente también su anormalidad y la propia y la de Natales y la de todo el planeta resumido…

Mi abrazo apreciado Hugo.

Juan M.