Alecram y la Luna

Alecram y la Luna



Las noches estrelladas y los niños de ojos negros son lo que Alecram más ama en este mundo. Es por eso que, cada vez que las estrellas parecen rasgar el gran manto negro del cielo y la luna se dibuja como una inmensa sonrisa ella despliega sus alas y se marcha a sus aventuras nocturnas.

Si de algo son capaces las libélulas es de revolotear en círculos infinitos y sin rumbo fijo. Alecram es de todas las libélulas que he conocido la mas delirante por mucho. Ella lanza desde las ramas de los árboles hasta la Luna hilos color púrpura y se va, pasito a pasito en puntillas de pie haciendo equilibrio, a su encuentro.

Cuando al fin llega, en medio de piruetas y volteretas, se sienta en cuclillas sobre la gran sonrisa pálida y le cuenta cuentos de niños hermosos que habitan en la tierra.

La Luna, que siempre los ve desde lejos, hace preguntas, muchas muchas preguntas. Porque la Luna es una gran curiosa.

Anoche, cuenta Alecram, la Luna le preguntó sobre un niño pequeñito llamado Hugo al que vio desde el cielo, recostado en los brazos de su papi que le leía un cuento. Dice la Luna que Huguito sonreía y se veía feliz.

-Dime, Alecram, ¿conoces a ese niño?
-Claro que le conozco - respondió Alecram al tiempo que daba un brinco y tiraba chispitas de colores hacia la tierra.
-Cuentame de él - dijo la Luna.

-Mira; Huguito es un niño hermoso, de grandes ojos negros como los que nos gustan a las libélulas. El es feliz y sonríe cuando su papá le lee historias de dragones y rinocerontes de colores. Pero sobre todo a Hugo lo que más risa le dan son las cosquillas y las historias como ésta que ahora mismo está escuchando mientras yo te la cuento a tí, amiga Luna.

La Luna lanzó una gran carcajada, tan pero tan fuerte que la libélula asustada no pudo menos que estornudar y caerse de espaldas sobre la estrella mas cercana; para luego regresar con cara de enojada y exigir explicación de esa risotada.

La Luna muy oronda contestó:

- Ahora entiendo. Huguito es feliz porque es un niño mágico, amigo de las hadas y las libélulas y porque además es el protagonista de esta historia.

Alecram la miró con alegría, le dio un beso en la nariz, bajó hacia la tierra haciendo tirabuzones en el aire, pasó por la ventana de Huguito que dormía arropadito y sonriente, entró por una hendija de la ventana, le pegó una estrella color oro en las mejillas y le guardó debajo de la almohada esta historia escrita en un pétalo de rosa con tinta de chocolate. Y se fue a descansar a su casa-jazmin, que está en el jardín de las libélulas locas.

FIN.

Marcela Fumale.











comentarios:

Emocionada y feliz. Gracias1

Y que ayer Huguito haya hecho brillar a la luna con su sonrisota de felicidad, en su dia :)

Besos a los dos.