Juan-Jacobo Bajarlía: Un poema erótico de François Villón
¿Cuándo y dónde fue a morir François Villón? Condenado a muerte en 1462 (nadie sabía quién mató a un tal François Ferrebouc), es liberado por el Parlamento de París, que dictó, en cambio, la pena de 10 años de exilio. Aquí se pierden sus huellas. Y como Ambrose Bierce, jamás se sabrá cómo fue su muerte. Tenía entonces 32 años y los estigmas de la tragedia. Es posible que haya muerto de una puñalada o haya sido estrangulado mientras dormía en uno de esos lenocinios donde se refugiaba cuando huía de la ley.
Nació en París, en la primavera de 1431. Fue pendenciero, ladrón y frecuentador de burdeles. Hirió de muerte, en defensa propia, al cura Philippe Sermoise. Conoció la tortura del agua y los trapos en la boca. Frecuentó la miseria y las fugas, el dolor que seca la mirada.
Y algo más. Integró la Coquillard, secta de ladrones y proscriptos. Habló el jargon o argot de sus adeptos, y sufrió toda clase de violencias y peisiones. Estudió leyes en la Universidad, legó su Roman du Pet au Deable (la Novela del Pedo del Diablo), obra del siglo XV, y amó a la grosse Margot, reina de la prostitución que regenteaba un famoso burdel en París.
En 1461 escribió su inmortal T'estament. De este libro tomamos la balada erótica a Margot (Le T'estament, vv.1591-1627, en Oevres Completes, Lyon, IAC, 1498) que hemos traducido en el lunfa-porteño (o porteño lunfardo) de Buenos Aires. Conocedor del jargon, la jerga popular de los marginados, François Villón no hubiera desaprobado esta versión. Los términos lunfardos son colocados puntualmente de acuerdo con el original. También hemos conservado el ritmo de los versos en la balada, tan esencial en su poesía. Lo mismo hemos hecho con el sentido o intención de las palabras. He aquí el poema.
Nació en París, en la primavera de 1431. Fue pendenciero, ladrón y frecuentador de burdeles. Hirió de muerte, en defensa propia, al cura Philippe Sermoise. Conoció la tortura del agua y los trapos en la boca. Frecuentó la miseria y las fugas, el dolor que seca la mirada.
Y algo más. Integró la Coquillard, secta de ladrones y proscriptos. Habló el jargon o argot de sus adeptos, y sufrió toda clase de violencias y peisiones. Estudió leyes en la Universidad, legó su Roman du Pet au Deable (la Novela del Pedo del Diablo), obra del siglo XV, y amó a la grosse Margot, reina de la prostitución que regenteaba un famoso burdel en París.
En 1461 escribió su inmortal T'estament. De este libro tomamos la balada erótica a Margot (Le T'estament, vv.1591-1627, en Oevres Completes, Lyon, IAC, 1498) que hemos traducido en el lunfa-porteño (o porteño lunfardo) de Buenos Aires. Conocedor del jargon, la jerga popular de los marginados, François Villón no hubiera desaprobado esta versión. Los términos lunfardos son colocados puntualmente de acuerdo con el original. También hemos conservado el ritmo de los versos en la balada, tan esencial en su poesía. Lo mismo hemos hecho con el sentido o intención de las palabras. He aquí el poema.
BALADA DE LA GORDA MARGOT
Si amo y sirvo a mi hembra de buen grado,
¿me tendrán por gil o avivado?
Tiene los chiches que me copan.
Por su amor llevo el poncho y la daga;
cuando llegan los turros me voy al escabio
piano a piano sin joder el avispero.
Les doy agua, queso, pan y fruta.
Si garpan en forma, les digo: "Ben stat;
pueden volver cuando estén calientes
a este quilombo que es nuestro Estado.
Pero se arma el batifondo
cuando a Margot la garchan sin morlacos.
No la aguanto y la mandaría al muere.
Le saco el vestido, la faja y el corpiño,
y le juro que le garparán la money.
Me agarra los costados: "Es un Anticristo",
me grita y jura por la muerte de Cristo
diciendo que no fifará. Tomo entonces un tizón
y bajo su napia le mando una orden
en este quilombo que es nuestro Estado.
Hecha la paz se manda flor de pedo,
tan grande como escarabajo venenoso.
Se ríe y me acaricia la sabiola.
"¡Gogó!", me chamuya y las gambas me golpea.
Borrachos los dos, dormimos como chetos,
y al despertar, cuando suena la busarda,
monta sobre mí para no rajar su fruto,
y bufo así, más liso que una tabla
y frenéticamente acaba conmigo
en este quilombo que es nuestro Estado.
Haga viento, helada o granizo, tengo pan caliente.
Soy calavera y la FIFA me persigue.
¿Quién es mejor? Los dos nos imitamos.
Somos iguales; y a mala rata, mal gato.
Nos gusta la porquería porque nos llena.
Huimos del honor, y él nos desafía
en este quilombo que es nuestro Estado.
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