He trabajado en variopintas actividades durante mi vida, pero nunca ha sido tan rica en matices como en Buenos Aires. Allí una vez trabajé de guardarropía en el Club del Timón. Un oscuro tugurio ubicado en calle Chacabuco con Independencia. Era un club de toby de viejos marinos mercantes o algo así. Los integrantes de este particular club ingresaban, me entregaban su abrigo, yo les daba una ficha y pasaban. La mayoría eran personas educadas o parecían serlo. Saludaban, daban propinas, se despedían. Menos uno. El tipo entregaba su abrigo, no saludaba, miraba para otro lado y se hacía el pelotudo. Por eso, cuando encontré al papá de Débora en Puerto Natales y me dijo que tenía confianza en el próximo gobierno de Fernando de la Rúa yo dudé. Me hablaba del mismo tipo que entregaba su abrigo, no saludaba, miraba para otro lado y se hacía el pelotudo. Allá, en el Club del Timón, en calle Chacabuco con Independencia.
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3 comentarios:
17:19
y efectivamente ni saludo, miro para otro lado y se hizo el pelotudo.Mientrs tanto mi abuela seguia conversando con una señora con una chiquita al lado de un carro que vendia pescado.una abrazo
20:32
Ferny no lo defraudó, actuó casi del mismo modo, entregó, no saludó y miró para otro lado. La diferencia es que no se hacía el pelotudo, era ( y es).
19:08
Retratas a más de uno.
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