mis 15 minutos de no-fama

mis 15 minutos de no-fama



De aplauso-Buenos Aires, Argentina

En la década del '80 yo vivía en Buenos Aires. Una noche de tantas, llegaba a mi hotel del pasaje San Lorenzo, en San Telmo, completamente ebrio; rara vez llegaba completamente sobrio. Buenos Aires es la capital mundial de la amistad, en aquella época había más de mil bares que se llamaban La Amistad. De copas con amigos el tiempo es ligero, vertiginoso y audaz. Bueno… entonces, llegaba borracho a recluirme a esa amable buhardilla que se llamaba Hotel Internacional de Rancho Aparte S.A. Eso de Rancho Aparte nunca lo entendí, pero no viene al caso. Entrando al pasaje, y desde la vereda de enfrente, donde se ubicaba un bar, un tipo me llama. Voy a su encuentro y me dice:
- ¿Qué hacés pibe cómo andás?
- -Bien.
- Mirá… estamos grabando un programa para el canal 2 de La Plata. Es un programa de tango ¿viste? que se emitirá el sábado, ¿no te gustaría trabajar de aplauso? Te pagamos con todo lo que vos podés llegar a tomar en la barra del bar. ¿No te interesa?
- Sí que me interesa. ¿Qué debo hacer?
- Aplaudir boludo, nada más que aplaudir, no vas a aparecer en la TV. Vas a estar atrás, junto a otra gente y aplaudir. Nene, vas a trabajar de aplauso, ¿entendés?
- Bueno, no hay problemas.
- Entrá.

Reflectores, cables, señoras y señores sentados en mesas con flores de plástico y en el fondo una cohorte de borrachos, jubilados y gente como uno. En una pista una pareja vestida de compadritos del `40, estilizados y malhumorados.
Nunca aplaudí tanto en mi vida. Era mi primer trabajo en la televisión y lo hice a cabalidad, tanto que el tipo que me había contratado me hizo una señal para que no aplaudiera tanto, Terminó la función y pasé a la barra a cobrar mis emolumentos que consistía en tragos de la más variada condición etílica. Fue mi primer trabajo para la televisión. No sería el único.

De humo-Puerto Natales, Chile

En la década del `90 un grupo de amigos, estábamos entusiasmados con la obra de Ramón Díaz Eterovic y de su famoso detective Heredia. Sabíamos que el autor visitaría fugazmente la ciudad y queríamos brindarle una sorpresa. Un amigo de aquel entonces me dijo:

- Hugo; deberíamos hacer algo y aprovechar la llegada de Díaz Eterovic.
- No sé, no se me ocurre nada.
- ¿Qué te parece hacer un corto para la televisión del pueblo con la figura de Heredia?
- Sí, eso podría ser interesante.
- Mira, te pongo un ejemplo, difuminada la imagen con el halo del humo de un cigarrillo, Heredia sale de su departamento a husmear a un bar de poca monta como podría ser El Tío Cacho. Llega al bar, lo atiende una cantinera fea y decrépita, la imagen de Heredia siempre de espalda, el sombrero que cae sobre el mesón, el hielo en la copa, el vaciado del whisky y el crepitar. Todo sin palabras, solo la imagen. ¿Qué te parece?
- Bien me parece, ahora yo me pregunto cuál sería mi papel en todo esto.
- Podrías trabajar de humo
- ¿Cómo de humo?
- Recuerda; "difuminada la imagen con el halo del humo de un cigarrillo…".
- Está bien, entonces trabajaré de humo, antes trabajé de aplauso.
- ¿Cómo?
- No, no es nada; después te cuento.

Fue así como mi segundo trabajo para la televisión fue de humo, el primero de aplauso y el segundo de humo. Espero que mi carrera no esté terminada. Aún podría trabajar de aire, de cometa o de estrella. Si ustedes me lo piden; de Nada.

4 comentarios:

¡que buena guevon!
¡trabajar de humo! es la guevá más chistosa que he escuchado

DE REIDOR Y APLAUDIDOR , SABÍA .
PERO DE HUMO , NO
SIEMPRE SE APRENDE
BUENOS RELATOS

SALUDOS

ADALBERTO

Oye hippie; te doy la primicia, me llamó un pibe, un tal Tarantino y me ofreció un papel; de Nada. Me dijo: "Ni se te ocurra hacer algo porque te mato". Esta vez la cosa va en serio, creo que por fin alcanzaré el estrellato.Cuando veas que en su próxima película, en determinado momento no pase Nada, es que estoy yo.

Anónimo dijo...
11:20
 

cada vez mejor este blog. naranjita como su casona en la esquina de libertad 200. ya no hace falta ir hasta allá!!!
cariños
la mosca