Tirada en el sofá mirando la TV
Llegaba en la tarde a casa y la encontraba tirada en el sofá mirando la TV. Siempre; siempre cuando llegaba tenía hambre. Me decía: "Amor tengo hambre". Lo que tú quieres es que yo vaya al Massay y te compre un sándwich ¿no cierto? Sí; me decía, mientras su larga cabellera negra sin lavar caía hasta juntarse con la alfombra verde sin limpiar. En la cocina los platos sucios se arremolinaban junto al desparramo de cosas sin juntar. En el baño, la ropa de la semana se mezclaba junto a un par de libros sin leer. "¡Perfecto! ¿Lo quieres con jamón y queso, solamente con queso, con lechuga y tomate, con azafrán y magnolias? -no sé, me respondía-, ¡pero lo quiero ya! Y así yo partía a atender a la reina de la casa. Le traía un sándwich de calabacín con orejas de jabalí, se lo zampaba y seguía en el sofá mirando la TV.
No sé cuál será su derrotero actual, tampoco me importa, pero de seguro que en algún lugar del planeta estará diciendo -tirada en el sofá mirando la TV- "Amor tengo hambre".
No sé cuál será su derrotero actual, tampoco me importa, pero de seguro que en algún lugar del planeta estará diciendo -tirada en el sofá mirando la TV- "Amor tengo hambre".
comentarios:
19:15
excellence!!
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