D. H. Lawrence: Poemas

D. H. Lawrence: Poemas

Aldous Huxley y D. H. Lawrence.
QUISIERA CONOCER UNA MUJER

Quisiera conocer una mujer
que fuera como una llama roja en una chimenea
brillando después de las agitadas ráfagas del día

Para que pudiera acercarme a ella
en la dorada tranquilidad del atardecer
y deleitarme realmente a su lado
sin la obligación de esforzarme a amarla por cortesía,
ni la de conocerla mentalmente.
Sin tener que sufrir un escalofrío cuando le hablo.

POBREZA

La única gente a la que alguna vez escuché
hablar acerca de Mi Señora Pobreza
Era gente rica, o gente que imaginaba serlo.
El mismo San Francisco era un joven corrupto y rico.

Habiendo nacido entre gente trabajadora
Sé que la pobreza es una dura, vieja bruja,
Un monstruo cuando uno está acuciado por las
necesidades inmediatas.
Y el que diga lo contrario miente.

Yo no quiero ser pobre, estar acuciado.
Pero tampoco quiero ser rico.
Cuando miro ese pino en la proximidad del mar,
Que crece fuera de la roca, emplumado, floreciendo
Hacia el cielo,
Veo que posee una abundancia natural,

La magnífica fuerza de sus raíces absorbe el alimento cotidiano
Y sus plumas parecen verdes vasos llenos de vino
alzados hacia el sol y el aire.

Yo quiero ser así, tener una abundancia natural
Y un gran, espléndido plumaje.

VIII

Y todo se ha ido, el cuerpo se ha ido
Completamente abajo, ido, enteramente ido.
La oscuridad de lo alto tan pesada como la de lo abajo,
y entre ambos el pequeño barco
se ha ido.
Es el fin, es el olvido.

ELEMENTAL

¿Por qué la gente no deja de ser atractiva
y de pensar que es atractiva, y de querer ser atractiva,
y comienza en cambio a ser más elemental?

Puesto que el hombre está hecho de los elementos
fuego, y lluvia, y aire, y tierra viva
y ninguno de éstos es atractivo
sino elemental,
está desequilibrado al lado de los ángeles.

Quisiera que los hombres recobraran su equilibrio
entre los elementos
y fueran un poco más ardientes, tan incapaces de mentir
como el fuego.
Quisiera que fueran fieles a su propio
movimiento, como el agua,
que pasa todas las etapas de vapor, y río, y hielo
sin perder su naturaleza.

Estoy enfermo de las gentes atractivas;
de algún modo, son falsas.

FÉNIX

¿Quieres ser borrado, abolido, anulado, cancelado
y reducido a la nada?
¿Estás dispuesto a ser reducido a la nada?
¿a sumergirte en el olvido?

Si no: nunca podrás cambiar realmente.

El ave fénix renueva su juventud
sólo cuando ha sido quemada, quemada viva,
consumida hasta una pálida y chamuscada ceniza.
Entonces, la palpitación de un nuevo ave en el nido,
con sus flotantes hebras de plumón ceniciento,
demuestra que está renovando su juventud
como el águila:
Ave Inmortal.

SOMOS TRANSMISORES

Mientras vivimos somos transmisores de la vida.
Y cuando dejamos de transmitirla, la vida deja de fluir por nosotros.

Esto es parte del misterio del sexo, es un flujo hacia delante.
La gente asexuada no transmite nada.

Y si cuando trabajamos, podemos inyectar vida a lo que hacemos,
vida, más vida nos invade, nos inunda y compensa,
nos alista,
y vibramos con vida a través del curso de los días.

Aunque sólo fuera una mujer haciendo torta de manzana,
o un hombre creando una silla,
si la vida entra en la torta, buena es la torta
buena es la silla:
contenta la mujer, con fresca vida manando en su interior,
contento el hombre.

Da y te será dado
es todavía la verdad acerca de la vida.
Pero dar vida no es tan fácil.
No significa entregarla al primer miserable, o dejar que
los muertos en vida te devoren.
Significa propiciar el fuego de la vida donde no lo había,
aun cuando sólo fuera en la blancura de un pañuelo lavado.

NUEVAS CASAS, NUEVAS ROPAS

Nuevas casas, nuevos muebles, nueva ropa, nuevas sábanas,
toda cosa nueva y hecha a máquina nos chupa la vida
y nos vuelve fríos, sin vida,
cuando más tenemos.

LO QUE EL HOMBRE HACE

Cualquier cosa hecha por el hombre y hecha vívidamente
vive a causa de la vida depositada en ella.
En un metro de muselina de la India está la vida hindú.
Y una indígena navajo, tejiendo en su manta
la forma de un sueño,
tiene que dejar una pequeña brecha en ésta
para que su alma salga, y pueda luego
retornar a quien la hizo.

Pero en el singular diseño, deja sus huellas
como una serpiente las deja sobre la arena.

LAS COSAS HECHAS POR EL HOMBRE

Las cosas que los hombres han hecho
con manos iluminadas,
infundiendo vida apacible en ellas,
continuarán vivas a través de los años,
irradiando cálidamente por largo tiempo.
Por esta razón algunas cosas antiguas son bellas,
frescas, aun en el olvido de los hombres que las hicieron.

DEMOCRACIA

Soy demócrata cuando amo el sol libre que encuentro en
Los hombres,
y aristócrata cuando detesto a los posesivos, a los
de entrañas mezquinas.

En todo hombre amo el sol
cuando lo veo entre sus cejas,
claro, sin temor, aun pequeño.

Pero cuando veo esos grisáceos hombres de éxito
tan pestilentes y cadavéricos, absolutamente sin sol,
como groseros esclavos de la prosperidad,
balanceándose mecánicamente,
entonces soy más que radical, y quiero manejar una guillotina.

Y cuando veo obreros,
pálidos y sórdidos como insectos, hormigueando
y viviendo como piojos por un poco de dinero,
y no mirando nunca hacia arriba,
entonces quisiera como Tiberio,
que la muchedumbre tuviera una sola cabeza
para podérsela hachar.

Siento que cuando los hombres pierden el sol
no deben existir más.

PAZ Y GUERRA

La gente hace siempre la guerra cuando dice amar la paz.
El estruendo del amor por la paz lo hace estremecerse a uno
mucho más que un grito de combate.
¿Por qué debería uno amar la paz? Es tan obviamente ruin y bajo
hacer la guerra

La estridente propaganda por la paz hace parecer inminente
la guerra.
Y es una forma de guerra, igualmente, la auto-aserción y el ser
Sabio para con los demás.

Dejemos que la gente sea sabia por sí misma. Porque,
de cualquier modo, nadie se sabio salvo en raras ocasiones,
como al casarse o morir.
Es de mal gusto ser sabio todo el tiempo, como si estuviéramos
en un funeral perpetuo.
Para el uso de todos los días, denme alguien caprichoso,
con no mucho propósito en la vida,
y entonces no haremos la guerra, ni necesitaremos hablar
de paz.

UNA SANA REVOLUCIÓN

Si haces una revolución, hazla alegremente,
no la hagas lívidamente serio,
no la hagas mortalmente serio,
hazla alegremente.

No la hagas porque odias a la gente,
hazlo sólo para escupir en sus ojos.

No la hagas por dinero,
hazla y condena el dinero.

No la hagas por la igualdad,
hazla porque tenemos demasiada igualdad
y va a ser gracioso sacudir el carro de manzanas
y ver por qué lado se irán éstas rodando.

No la hagas para las clases trabajadoras.
Hazla de tal modo que todos nosotros podamos ser
nuestras propias y pequeñas aristocracias
y patear como asnos fugitivos alegremente el suelo.

No la hagas, de todos modos, para la Internacional del Trabajo.
el trabajo es aquello de lo cual el hombre ha tenido bastante.
¡Eliminémoslo, acabemos con eso!
El trabajo puede ser agradable, y los hombres gozarlo;
y entonces no es trabajo.
¡Tengamos eso! ¡Hagamos una revolución para divertirnos!

Traducción de Mario Satz

comentarios:

Anónimo dijo...
16:41
 

yo tambien quisiera encontrar a un hombre que no le importe tener escalofrios cuando yo hablo, y que soporte mi esqueleto por una noche y me deje comvertir su corazon en tambor.Yo tambien quisiera, un hombre no como el fuego en la chimenea sino como una hoguera, a la orilla de un lago que se llame sofia o diana tal vez...algo asi como un animal que aulle en la pampa.se busca un hombre...tuca de dios