clemente riedemann.

clemente riedemann.



En los cómodos hipermercados

En los cómodos hipermercados todo reluce
y brilla, acicalado y bien dispuesto
como en un día de fiesta-

Sonidos y luces están sincronizados;
cámaras ocultas vigilan a los rateros
y a las chicas de bustos prominentes.

Sin embargo, un periódico muestra
a un hombre gritando "¡Viva la libertad!"
entre dos policías, prisionero.

Puede que ello ocurra en un país lejano,
pero hoy día todos somos uno -nos dicen.

Y la comodidad, sonrojada, se retira
por su automóvil, a los subterráneos.

(del libro inédito OK.KO.)

No eres la única que usa gafas

No eres la única que usa gafas cuando estás triste.
Vi a otras mujeres en la puerta del mall
que bien podrían haber sido golpeadas recientemente.

No sé cómo hay tipos que tienen estómago
para golpear a sus mujeres de cuando en vez.
Ni sé cómo hay mujeres que pueden resistirlo
y salen de compras con las gafas puestas.

Tú y las demás deberían salir
con sus moretones al desnudo,
a ver qué pasa con la ciudadanía.
Quizás sólo obtengan una que otra sonrisa.
Quizás consigan un par de gafas gratis de Vendóme.

Creo que debieran matar a esos infelices
mientras duermen, después de haber visto
cuatro partidos de fútbol al hilo.

No eres la única y la producción de gafas
continúa en aumento.
Sólo cabe rezar por ti y las otras que van al mall
con sus aires de diva y viéndolo todo oscuro
un miércoles como éste.

(del libro inédito Café Pushkin)

Giacomo

Quien no está contento con su amor,
no ama.
Quien espera reciprocidad absoluta,
no es libre.
Quien no sabe que hacer en ausencia del otro,
es un esclavo.
Quien no está contento con su amor,
es mejor que esté solo.

Quien hace el amor y goza,
pero no está tranquilo,
no entiende nada.
Quien sufre por causa de la incertidumbre,
no sabe vivir.
Quien alcanza el éxtasis una noche
y no aprende a olvidarlo,
sufrirá.

Quien da demás, se excede en vano.
Quien da menos de lo que puede,
no alcanza la plenitud.
Quien da justo lo que el otro espera,
es un cínico.
Quien no espera nada a cambio,
ama de verdad.
El amor se basta a sí mismo.
Quien está contento aún a solas,
nunca estará solo.
Quien acepta la incertidumbre,
sobrevivirá.

(del libro inédito Café Pushkin )

De los caballeros solos

Después de los 40, un caballero cae en cuenta
que ninguna mujer comprenderá la magnitud
de su soledad, de su inmensa tristeza.
Bebe su vino y permanece quieto en una silla,
sin ánimo para atrapar las moscas de la sala
o regar las plantas del jardín.

Ha dejado de estudiar las nubes
que cruzan encima del lago
y solo el aroma de la carne en la parrilla
y las risas de los amigos
-cuarentones como todos los caballeros solos-
logran que arrime su columna vertebral
cerca de las brasas calientes.

Se ríe de todo, mas - de veras - nada le alegra.
Por cierto, puede aullar de dolor auténtico,
a solas, sin histeria y sin golpearse el pecho
con objetos contundentes.

Entierra a su madre un domingo por la tarde
y se queda sentado en un tronco del patio,
donde el viento del otoño le va arrancando la camisa
a jirones, hasta que el paisaje circundante
invade el espacio reservado a su silueta,
sin que sea posible volver a tener noticias
de su paradero.

(del libro inédito Café Pushkin )





2 comentarios:

Buen blog. Excelentes autores. Nada más que agregar. Te seguiré leyendo. Saludos

Anónimo dijo...
10:43
 

pongan comentarios mas constructivos por que sus poemas son exelentes como giacomo por ejemplo........chao,,,,,