Enrique Wernicke

Enrique Wernicke

Todas las vidas son estúpidas pero algunas lo son más 


Tengo la idea de escribir un "racconto" de mi vida, deformado por supuesto. Pero ya me doy cuenta de que es otra empresa de años. Por de pronto pensaba anotarme todos los capítulos. Y recién luego ponerme a escribir. ¿Lo haré? Nunca se sabe conmigo. Me siento tan infeliz, tan asombrado de lo que puede ser (o es) mi fin que diariamente me reprocho todas las macanas que hice en mi vida. ¿Cómo llego a esta situación? ¿De qué me sirvieron y sirven mis libros? Todas las vidas son estúpidas, pero algunas lo son más. ¡Qué arrogancia he tenido! ¿Qué despreocupación absoluta! ¿Cómo si nunca fuera a ser un viejo enfermo! ¡Y qué mimado, maldito sea! Porque en el fondo sigo convencido de que el mundo debe mantenerme en honor a mis libros. Como mantiene a Sábato o a Borges. Yo no fui capaz, o no quise venderme. Ahora lo pago. Además siempre fui un haragán y hace mucho que también soy un borracho. Es mi protesta contra un mundo absurdo. Protesta, pero para adentro, durmiendo mis siestas y cagándome en todos.

comentarios:

El mundo no lo mantuvo gracias a sus libros, pero podemos mantenerlo nosotros a través de su recuerdo.