Quiero que me entienda. Soy Poeta. Vivo la poesía en Estado Puro. Es verdad que no trabajo. Pero trabajo. Trabajo en mi Obra. Quiero que ella me entienda. Que me comprenda. Soy fundamentalmente Poeta. Y ella no lo entiende. Me dice que salga a trabajar. No reconoce mi trabajo. Yo a ella la entiendo. Sé de su afán. De la imperiosa necesidad de traer dinero a casa. Incluso yo le digo que no trabaje tanto. Viene del trabajo y sigue trabajando. Lavando, planchando, haciendo la comida. Pero yo en esos menesteres no puedo ayudarla. No sirvo para eso. Me concentro en mi Obra. Ahora estoy trabajando en un libro que estará dedicado a Ella. Son cincuenta maravillosos poemas que estoy escribiendo para Ella. para mi Amada. Pero ella no comprende y me regaña. Me dice que no lleve tantos poetas a casa. Que hablan siempre de lo mismo, que se emborrachan, ensucian el mantel, vomitan y se creen Rimbaud. Pero eso no es así. Ella no entiende a los poetas. No sabe de qué material están hechos. No sabe que somos distintos. No sabe de nuestros atardeceres arropados con la Musa. Del encanto del desencanto. No sabe que somos distintos. No sabe de nuestras extravagancias y se enoja. Pero ella me conoció así. Poeta. Poeta y único. Eso a ella le encantaba. A ella le gustaba la poesía. Creo que aún le gusta. Ella me lo dijo al conocerme y presentarme como Poeta, me dijo: "Ustedes los poetas son seres maravillosos". Eso es así. Es cierto, somos seres extraordinarios. SOMOS POETAS. Ella me acompañaba a los encuentros de escritores. Y sé que aquello le gustaba. Lo veía en su semblante. Ahora no lo hace. Viajo solo. Ella me da el dinero y acudo a cuanto encuentro de escritores se realiza. Pero cada vez menos. Me niega el dinero. Me lo retacea. Dice que sólo hablamos pavadas, que nos emborrachamos y tratamos de liar con poetisas. Eso no es cierto. No en mi caso. Escribiré Mi Obra. Y ahí verá lo que valgo. Mi libro dedicado a Ella. Será sublime. Eso lo sé, se lo he mostrado a mis pares. Voy en el poema treinta. Y todos dicen lo mismo. Que mi libro es de una calidad superior. Que brincará hasta alzarse entre la mediocridad de tanto poeta circundante y vano. Sólo que necesito tiempo. Y que Ella me comprenda. Que entienda que somos distintos. Únicos, irrepetibles. Nosotros Los Poetas.
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6 comentarios:
02:00
Uh... yo... no sé, con respecto a ser Poeta, no sé, no sé nada... pero trabajo en una gran empresa, corrección, trabajo en una empresa grande, o para una empresa grande (que no es lo mismo) y me rodeo de plantas, tierra, fertilizantes y otros alucinógenos. No sé si Poeta, pero también tengo una “Ella”, que tampoco me entiende, y también me niega el tiempo para producir una maravilla para “Ella”, también se me están restringiendo las asistencias a encuentros de escritores, a encuentros de amigos… será el mal de nuestro tiempo?
No sé… nada sé, y ni de eso estoy muy seguro. Pero aun no me muero.
Fuerza amigo, vuestros lectores esperamos con ansias tus textos (y no dejo puntos para este final, no los necesita)
08:36
Como título mejor " Un poeta machistoide" ¿no?.
El final del poema La suite negra que colgaste antes debería redoblar en ecos ahora:
Alquimistas de vocales hechicero castigado despierta.
Rompe las llaves mágicas que guardaban su clave
Y contra toda piedad arroja el mismo hastío.
12:35
Quería comentar, chimentar, alcahuetar, anunciando que el alcahuete es (soy) Robin. ¿Habré sido yo fuera de mi conciencia? el que escribió "Robin dijo..."
En todo caso aclaro que no soy Robin Hood, sino Robin el ex compañero de Batman.
Ignoro el uso de códigos pero se que sirven para viajar en el tiempo. En tiempos en que todavía Somoza tenía la manija de Nicaragua, un poco antes del terremoto de Managua, los jóvenes de aquella ciudad vieja y transitoria, se saludaban entre sí "¡Qué tal poeta!" "¿Cómo le va, poeta?".
01:49
Interesante todo esto. Me encantaría ayudar a ese afligido Poeta. Pero lo que pasa es que yo también estoy escribiendo una Obra para Ella. Y ella no me comprende. Me dice: "Yo quiero mis frigoles, yo quiero mis frigoles, yo quiero mis frigoles". Y así, nadie puede.
hugo
13:39
Yo he conocido 8.86479.0000 iguales a este poeta.La gracia más grande que tienen es que son "únicos"...¡¡ay que adorableeeeees!!
22:19
Creí que el anonimato me protegería. ¿Cómo los poetas pudieron conocerme y con su poesía-veneno, producirme el bolo fecal que me está matando? ¿Cuál es la maldición que conlleva leer a los poetas y recibir la cagada de las palomas?
He probado con los laxantes más violentos y... nada.
Si es que hay resurrección, en la puta otra vida volveré a leer poesía.
Mevoy cortar las huevas.
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