En la Patagonia

En la Patagonia


Me llamo Raquel y a los seis años fui violada por mi padre. No recuerdo bien los pormenores, pero si la sensación. Es que yo era pequeña y a esa edad los hechos no son tan importantes como las sensaciones. No diría que fue terrible el hecho en sí. La verdad que no lo recuerdo como algo terrible. Pero sí la sensación. Mi padre murió veinte años después aplastado por un camión de mudanzas. Sus piernas saltaron al lado derecho del camión, su tronco al lado izquierdo, su cabeza fue a rebotar contra un árbol. Y aquello sí que fue terrible. Terrible para el tipo del camión de mudanzas ya que meses después se suicidó, terrible para los transeúntes y también para la policía. Uno de ellos comentó que jamás vio algo tan horrible. Lo mismo dijeron en la morgue, lo mismo decían los diarios. También -obviamente- fue terrible para mi madre y mis hermanos. Para mí fue un accidente fortuito ocurrido al pasar. Es que yo no estaba enteramente viva por aquel entonces. Mi padre me violó y mi madre jamás se enteró. Mi madre era una noble mujer que nunca se enteraba de nada. Un día le dije si se acordaba cuando mi padre nos golpeaba a todos por parejo. Me contestó que yo tendría que haberlo soñado ya que eso nunca ocurrió. Mi madre murió el año pasado de una sobredosis de barbitúricos. Mi padre, el conductor del camión de mudanzas y mi madre, todos ellos murieron después que yo. Fui la más joven en partir. A los seis años.


7 comentarios:

Anónimo dijo...
10:48
 

Es mágico real. Es como si el gato que convive con uno apareciera midiendo diez veces más y uno lo tomara como algo normal. La muerte del padre es magnífica. Leí el texto sin escatimar comprensión. Que algunos padres violen a sus hijos es parte de la cotidianidad global (un extraordinario cotidiano). Pero esa muerte del padre, tiene toda la magia de la casualidad, es bellísima.
Que lo contado sea real o recreado (todo es real, incluso lo son las metáforas que por eso provocan), es lo mismo. Es una maravilla.

¡Qué fuerte el relato! y más real y cotidiano de lo que uno cree.

yoel, tienes que venir al sur, a ver las bellezas de la zona, tomarte unos tragos con tu amigo hugo; anduve por buenos aires hace unos meses,te busqué en la librería pero no estabas, en fin, saludos de todos modosmycrduec

Hacía tiempo que un texto de narrativa no me atraía tanto como el tuyo. La síntesis y la economía de palabras lo convierten en algo que merece ser leído.
Desconozco si un texto así es algo habitual en vos, aunque pienso tomarme el tiempo en averiguarlo.
Además de que la historia está muy bien construida, posee una faceta que valoro mucho, posiblemente porque para mí es inalcanzable, y es la ausencia, supongo que deliberada, de adverbios superfluos.
Un fuerte abrazo, y gracias por el grato momento que me has regalado...

mientras leia el relato escuchaba jenny wren paul mcCartney...

volví a sentir algunas cosas , que parece que a algunas o algunos nos toca sentir ...leia sobre la muerte en lo que pensamos como: viaje ...es viaje si no hay retorno?...

...

concuerdo con los otros comentarios , y eso que no me agrada comentar sobre la forma , concuerdo que en este caso la forma es exepcionalmente atractiva para un relato oscuro...

saludos...

Anónimo dijo...
20:17
 

Yo también he muerto, tengo 24 años, pero desde hace 18 estoy muerta, y todos me vieron morir.

Potente relato. Impactante y doloroso. De alguna forma quien relata ha estado presente aun no estando viva.
Es para leerlo varias veces.