Todas las princesas están muertas

Todas las princesas están muertas

Vi salir del hospital en silla de ruedas a la última princesa que amé. Sabía yo que todas las princesas murieron y me sorprendí al verla. Enjuta, vieja y tapada con una manta. Me preguntó si me acordaba de ella. Le dije que no. Soy Rosario me dijo ¿no te acuerdas de mí?

Era la más linda del lugar. Los príncipes del pueblo la amaban. Yo también, en silencio. Los príncipes del pueblo desaparecieron. Ella sobrevivió a los contubernios, a las mareas y a los cambios de gobierno. Una vez me enteré que le extirparon algo que no recuerdo. Que vivió una temporada con un poeta maldito que se colgó en el pino de la plaza del pueblo. Se enteró que lo engañaba con un vendedor ambulante. Dejó de epitafio una esquela digna de un mamarracho ignorante: "Mi corazón no se vende". Cruzó el océano un par de veces de la mano de un estanciero rico. Hubo registros de su viaje en el diario del pueblo. La foto clásica en La Torre Eiffel. De aquello hace ya más de treinta años. Treinta años en el cuerpo de cualquier princesa hacen estragos, sino vean a las monegascas. Su vida, como cualquier vida, fue un tendal de abandonos. Se marcharon sus padres, familiares diversos y también muchos de los príncipes, se fue el poeta, el vendedor ambulante y el estanciero rico. Yo aún no parto gracias al arte de resistir. Me dijo que era imposible que no me recordara de ella. ¿Aún vives en la calle Libertad? me preguntó. Nunca viví allí le contesté. ¿Es que acaso no te llamas Hugo? No, no me llamo Hugo. Me llamo Daniel. Me pidió perdón por la confusión.

La vi cruzar la calle a duras penas y no me dio lástima. Nadie le tiene lástima a las princesas. Las princesas tampoco las tiene con uno. Ni con dos. Ni con nadie.

10 comentarios:

Anónimo dijo...
11:01
 

Un axioma chino, comentado en algún momento por Lin Yutang, divide la vida de un hombre en cuatro vidas diferentes: niñez, juventud, madurez y vejez; otorgando un promedio de veinte años para cada etapa. Ochenta años es un límite biológico rajante y puede decirse que a partir de entonces la diferenciación se convierte en sabiduría pura o eternidad no comprendida por los menores de edad.
La misma persona no es la misma persona. No es de humanos entender esos significados, por eso la enajenación, el arte y la melancolía.
El empirismo vivencial establece las diferencias: para el joven el niño es un cadáver y así sucesivamente.
Efectivamente, el pasado puede ser negado (así como aceptado) pues es simple muerte alejada, no putrefacción dentro del tacho de basura casero.
La fotografía (y el cine)es una paradoja. Al practicar estos oficios se está practicando la muerte y la muerte también es artificio entre mortales. Oscar Wilde se debió de haber reído del escándalo íntimo que le habrá provocado verse fotografiado.
Marañon está atento a los cambios de la tiroides, pituitaria e hipófisis, durante el transcurso de las veintenas y marca las conversiones, a veces tipo "dr. Jeckyl and mr. Hyde", que suceden entre un flaco y un gordo, y viceversa. Ingenieros proponía el suicidio a partir de los treinta años cumplidos, para Borges continuar vivo era una adaptación al infierno. Entonces la locura sería el placebo pertinente para los que asumen la madurez.

Anónimo dijo...
14:13
 

notable texto
un abrazo hugo





n.

que fatal ...

habría preferido no leer este texto hoy...

...

pero gracias hugo...

...

negar la verdad es mirar un poco mas alla de la ilusion del bien y del mal...desde ahi se tiende siempre al homicidio...

...

me gustó el texto hugo...aunque insisto en que habria preferido no leerlo hoy....

...

saludos...

felices fiestas Hugo!

Que tengas un buen fin de año y un mejor inicio del otro, estimado poeta.

hugo villalobos

Felices Fiestas de fin de año para ustedes; Yoel, Poeta n, Roxana, Lexi y Hugo.



De parte de hugo

un principe que piensa que todas las princesas -esas antiguas damas cuyo amor y belleza solía elevarlos hacia lo unitario- han muerto, seguro que es también un principe muerto, pues ha perdido la fe, fe ligada a una ascendencia que encuentra cierta suerte fundacional en la idea de un dios.

un principe sin fe también es un principe muerto.

te saludo decepcionado desconocido.
me ha gustado tu escrito.
black jacket.

El octavo comentario de la semana corresponde a una situación vacacional. El octavo día, el octavo mandamiento es el estado natural del ser humano: vacaciones de la cuna a la tumba.
Sin embargo Octavio es burócrata y ama su monopatín de 888 dólares.

Finnegans wake...EXCELENT.


yo te tengo en los favoritos hace siglos y nunca pasas

NUNCA...



FELIZ AÑO...

unas rayas en el agua...