Te vamos a extrañar

Te vamos a extrañar

No creas que no. Claro que sí. Creo que todos los que te conocimos. También los que en algún momento tuvieron tratos contigo. Eras insustituible. Todos en nuestro grupo giraban en torno tuyo. Decías que tu puntualidad era uno de tus defectos. Aquello nos causaba mucha gracia y llegamos a pensar que era una cita de Oscar Wilde. Pero no, era tuya. Así también como otras de grueso calibre. Soy una flecha dirigida por el viento. Si veo a un paquidermo con medias caladas no tengo contemplaciones. Necesito imperiosamente mi dosis de Peter Hammill. Woddy Allen es un invento de Woddy Allen. Etcétera. Fuiste el mejor a todas luces o, a todas luces fuiste el mejor. En el pueblo te seguimos la pista. Vimos la foto de tu graduación. Pasaste a ser el ejemplo a seguir. Muchos se inmolaron en la tentativa de darte alcance. Otros se te pusieron casi a la par. Construiste una familia honorable. Una posición respetable. Y todo pasó en la Autopista del Norte. Seguramente la puntualidad te jugó en contra. Tus amigos te recordamos desolados. ¡Chau hijo de puta!

7 comentarios:

Hugo, acabás de descubrir una fallida razón de ser: los señores arroba. Yo para poder serlo y quiero ser), necesito un técnico al lado. El que tengo ahora, me lo trajo mi esposa de la guardería donde trabaja, y es un metamorfo mezcla de hurón y humano que, pacientemente, junta euros sin entender la situación global ni suya propia. Este técnico, que en un principio confundí como un dentista que con el pretexto del service, gustaba espiar discos rígidos ajenos, casi no me cobraba por su trabajo. Entonces, ante mi insistencia, aceptaba "a voluntad", y yo le daba entonces 2 o 3 euros en dinero argentino. Ayer el Hurón me recuperó un disco rígido olvidado y me lo puso en esta máquina desde la que te estoy escribiendo. Jamás creí que descubriría tantos textos "antiguos" míos acumulados (la mayoría descartables o vergonzosos) El Hurón me puso un ícono que se llama "máquina vieja" y allí hay una balaurda de textos y copias de textos, que me anonada y que me hace sospechar que hubiera sido mejor no recuperarlos.
Sea como sea, gracias a tu agradecimiento al personal que te comenta, creaste la noción del humano@ (se le dice "hombre arroba" pero se entiende que hablamos de entidades simplemente humanas que teclean por internet. El humano arroba puede cambiar de sexo a voluntad, ser mujer y hablar como hombre, etc.)
El "anónimo" sería una de las voces del alma y su síntesis. Algo que tal vez, alguna vez, iluminó las visiones de Lautreamont.
Si siguiera las deducciones de tu hombre arroba, este comentario sería infernal e imposible como cualquiera desos imposibles que se hacen realidad, así que la corto.

En fin, hoy a la media tarde tengo una cita con el Papa en la terraza de casa, y sus custodios me advirtieron que no le ofrezca nada ingerible pues no lo va a aceptar por temor a envenenamientos.
La crisis provoca planemientos.

Anónimo dijo...
22:42
 

No soy una arroba ni lo quiero ser.
Esta es mi carta a Chocron:

Carta Chocrón Schumacher,

o sobre la ambivalencia amor-odio, familiaridad-extrañeza, al judaísmo, por un no judío, o carta al Alter Ego militar judío





Epígrafes:



"Se está como en otoño

las hojas en los árboles".

Poema "Soldados de Giusepe Ungaretti





"La dificultad mayor es, desde luego, la evidente existencia e importancia de las "virtudes militares". Se yerguen ante nosotros como un hecho monumental que sería imposible aminorar o mdesechar. Uno de los lugares comunes de la observación sociológica popular es que los pueblos, castas y clasesmilitares despiertan una admiración mayor que sus vecinos que se ganan la vida en actividades que ni implican arriesgar la propia vida en el intento de disponer de la de los demás. Hay naturalmente, un anticuado tipo de oficial inglés de marina o de tierra - pulcro en su sentido del honor, considerado con sus semejantes y afectuoso con los animales (aunque goza matándolos por deporte) que ha sido considerado al menos durante los dos últimos siglos como uno de los productos más finos ingleses de nuestra civilización cristiana occidental. Ni puede desdeñarse esta admiración por ingenua o esnobista. Si la consideramos seriamente y sin "Parti Pris", seguramenbte nos confirmaremos en nuestra creencia de que es merecida. Pues las "virtudes militares" no pertenecen a una clase aparte, hoy virtudes que son tales en cualquier género de vida. El valor, que es la más la más eminente de ellas, es una virtud cardinal en toda acción que un ser humano, ,cualquiera sea su sexo, emprenda, y las demás virtudes que hemos adscrito a nuestro legendario coronel o comodoro son, como es evidente, moneda corriente en la vida civil como en la militar. El coronel Newcome y el caballero Bayardo, Corazón de León y Rolando, Olaf Triggvason y Sigfrido, Régulo y Leónidas, Partap Singh y Prithiraj, Jalal - al Din - Mankoburni y Abdalah- al - Battal, Yoshitsune Minamoto y Kuang Yu:¡Qué buenos camaradas son y vasto lugar tienen en el paisaje histórico de estos cinco o seis mil años en que el hombre se embarcó en la empresa de la civilización".



Capítulo "El militarismo y las virtudes militares" from War and Civilization by Arnold Toynbee, Oxford University Press, 1952. En Español. Emecé y Alianza





"De modo que, en principio, los conflictos de intereses entre los hombres son solucionados mediante el recurso de la fuerza. Así sucede en todo el reino animal, del que el hombre no habria de excluirse, pero en el caso de éste se agregan también conflictos de intereses que alcanzan hasta las mayores alturas de abstracción y parecerían requerir otros recursos para su solución. En todo caso, sólo es una complicación relativamente reciente. Al principio, en la pequeña horda humana, la mayor fuerza muscular era lo que decidía a quién debía pertenecer alguna cosa o la voluntad de quien debía llevarse a cabo. Al poco tiempo la fuerza muscular fue reforzada y sustituida por el empleo de herramientas: triunfó aquel que poseía las mejores armas o que sabía emplearlas con mayor habilidad. Con la adopción de armas, la superioridad intelectual ya comienza a ocupar la plaza de la fuerza muscular bruta, pero el objetivo final de la lucha sigue siendo el mismo: por el daño que le inflige o por la aniquilición de sus fuerzas, una de las partes contendientes ha de ser obligada a abandonar sus pretensiones o su oposición. Este objetivo se alcanza en forma más completa cuando la fuerza del enemigo quede definitivamente eliminada, es decir, cuando se lo mata. Tal resultado ofrece la ventaja de que el enemigo no puede iniciar de nuevo su oposición y de que el destino sufrido sirve de escarmiento, desanimando a otros que pretenden seguir el ejemplo. Finalmente, la muerte del enemigo satisface una tendencia instintiva que habré de mencionar más adelante. En un momento dado, al propósito homicida se opone la consideración de que respetando la vida del enemigo, pero manteniéndolo atemotizado, podría empleárselo para realizar servicios útiles. Así, la fuerza se limita a subyugarlo. Este es el origen del respeto por la vida del enemigo, pero desde ese momento el vencedor hubo de contar con los deseos latentes de venganza que abrigan los vencidos, de modo que perdió una parte de su propia seguridad."



Sigmund Freud: en "El porqué de la guerra", carta a Albert Einstein, sobre la inminencia de la Segunda Guerra Mundial. 1932





Lunes 16 de febrero, 2003 ( modificada en 2009)

Sobre la ambivalencia amor-odio, familiaridad-extrañeza, al judaísmo, o carta al Alter Ego militar judío por un no judío:





Querido Gustavo Luis, Doctor médico, clínico y neumonólogo; y, también escritor:



Somos amigos, muy buenos amigos y tenemos el mismo título de médico, vos recibido en 1984 y yo en 1994.

Vivimos la secundaria en el Liceo Militar General San Martín de Argentina, vos entre 1974 y 1978, y yo, entre 1974 y 1976. Ya nos habíamos conocido en la Academia Marque, vos viniendo del colegio privado inglés San Marcos, del suburbio Sur del Gran Buenos Aires, y yo del colegio pupilo "Nuestra Señora de la luz",, previamente, en la época del Cardenal Caggiano, llamado "Instituto Nuestro Hogar", del rico suburbio Norte del Gran Buenos Aires. Es curioso: de San Marcos a la Academia Marque hay una continuidad fonética. La Academia Marque era la institución más prestigiosa para ingresar a las instituciones formativas militares y nosotros buscábamos lo mejor. Digo, de paso, que el Liceo Militar, junto al Naval, tenía en la década del ´70 más prestigio inclusive que el Nacional Buenos Aires, legendario colegio cerca de Plaza de mayo.



El liceo militar, toda aquella institución de regimiento educativo, creado por Sarmiento, del Gran Buenos Aires Oeste, o Suburbio Oeste, abarcaba de 600 a 800 alumnos y sigue, y aun vive casi igual, con la reducción a la mitad del alumnado, aunque ahora hay cadetas, principalmente por el gran desprestigio de los militares en general, por la mayoría del pueblo argentino y también extranjero, salvo por los liberales conservadores y cierto sector perdonavidas del`peronismo, el enfermísimo y corruptísimo menemismo, digo, el Liceo estaba impregnado fuertemente de nazismo, podría decirse de nazismo católico, aunque sea una contradicción aparente. Por eso, antes que nada, quiero hacer valer este testimonio que nos implica grandemente a futuro, compartas o no compartas este revisionismo necesario, y tal vez equivocado, pero sincero hasta mi última gota de sangre oxigenada, peleando con el asfixiante tabaco, lo que aclaro y digo por tu especialidad de neumonólogo o especialista en enfermedades respirotarias, sobre todo asma y enfisema por tabaquismo, esta última patología a la que estoy condenado si no renuevo mi voluntad, mi voluntad de vivir.

Estas afirmaciones mías están teñidas de psicoanálisis freudiano, como el manifestado por Don Sigmund en "El porvenir de una ilusión", "El malestar en la cultura" y "El porqué de la guerra", este último ensayo que es una carta a Albert Einstein, sobre la inminencia de la Segunda Guerra Mundial.

Pero además, esta carta es sobre la ambivalencia hacia el judaísmo, amor-odio, familiaridad-extrañeza, que yo, no judío, te dedico, médico hebreo con los dos orígenes, sefaradí y azquenasi. Chocrón y Schumacher, respectivamente, tus apellidos paterno y materno.

Y También esta carta trata de aplicar las bondades del psicoanalisis a nuestra común historia militar, que vivimos, codo a codo, en el pelotótón sexto de la tercera sección de primer año de la camada 36, cuando aprendimos a ser militares, para siempre, aunque ahora, más de veinte años después ( ya 30 años del egreso) huyamos de ese sistema paranoico autoritario que te regala honor a cambio de resignar la propia vida, si fuera necesario, por la Patria ( tal vez no sea tan malo, después de todo), y que que cumple todas las premisas que Freud aplicara al poderosísimo ensayo Psicología de las masas y análisis del yo, y que el más contemporáneo, Erich Fromm, el psicoanalista suizo, mejicano y neoyorkino reviviría como Best Seller con molde marxista en "Escape from Fredom", "El miedo a la libertad", libro genial y de justo reconocimiento hasta estos años que en Argentina se vende hasta agotar pequeñas tiradas anuales. Fromm era marxista pacífico; yo no, yo soy anarquista conservador, como se definía Borges.


Ahora, para entrar en nuestra historia de adolescentes, permitime hacer un in sight, y recordarte un hecho de sangre y fuego, de junio de 1975, cuando estábamos en segundo año de aquel bachillerato militar y ya no compartíamos ser del mismo pelotón, porque habías dado un estirón de estatura física, pasando al pelotón cuarto de la segunda sección, y Mario Blanco, de la camada 33, que había sido nuestro querido y admirado Jefe de pelotón de primer año, ya era Jefe de sección de siete pelotones y parte del cuadro de honor y escolta de bandera junto ma Horacio Künstler, que era el Edecán del Teniente primero, Oficial en Jefe de Segundo año, y que tan relevante papel cobraría en esta narración relista y auténtica del hecho sangriento y, confuso y traicionero, como el del actor secundario de "Born to kill", "Nacido para matar", de Stanley Kubrick, que efectué estando en la cima de mi prestigio como futuro gran militar. Mi salvajismo se delató en heridas de fuego en la cara, en el rostro de Gustavo Pérez Zoilo, de Gustavo Gafoglio y de Luis Peña, pesándome culpósamente toda la vida, hasta hoy, paciente bipolar, de sobrenombre "Loco" en el Liceo luego de ese salvajismo, con diecinueve años de diván freudiano ( 25 años) y tres internaciones psiquiátricas breves en el hospital Don Torcuato de Alvear, la última a fines de 2006 luego del aplastante divorcio con mi compañera de dieciocho años, la pediatra judía y bella Elizabeth, además de la culpa edípica incosciente e insoportable de haber perdido a mi padre a los seis años, cirujano de los buenos, discípulo de Enrique Finocchietto, que murió de esclerosis renal por abuso de aspirina, patología desconocida en el ´67; y que es la culpa, como abrumadora y rotundamente demuestra Freud, de querer la muerte del padre por el deseo sexual infantil inconsciente de querer quedarse con la propia madre. Y debo confesarte que allí no terminan mis culpas inimputables:

en el colegio pupilo en que terminé la primaria seduje a mis once años, sexualmente y activamente a dos niños, uno de seis y el otro de nueve. Pero allí tampoco terminan mis culpas inimputables: a los seis meses de ser expulsado del Liceo embaracé a mis dieciseis años a una niña de catorce. Esas cuatro culpas, más el horror que le hice vivir a Elizabeth están tapando y asfixiando mi vida desde entonces. ¡Horror! ¡Unheimilich!

Querido Gustavo; ahora en el resumen de Historia Clínica del Hospital Psiquiátrico Don Torcuato de Alvear, el mejor del país y Latinoamérica, han escrito que mi transtorno Bipolar o maníaco-depresivo comenzó esa noche de junio cuando herí cobardamente a nuestros queridos compañeros.. Yo, en realidad, nada tenía contra ellos, sólo fue un loco impulso de demostrar hombría sin medir las consecuencias. Por entonces empezaban las Superfiestas del Liceo con los mejores Disc Jockeys, Alejandro Pont Lezica y Rafael Sarmiento y las chicas y el ansia de tener una linda novia me hicieron fumar y unirme a los menos estudiosos y militares, aunque nunca perdí la garra militar; y estoy agradecido, porque en verano no siento calor ni en invierno frío, gracias al duro entrenamiento militar en los descampados del Liceo llamado la Mongolia y la enorme Siberia. Perdí la amistad de Pérez Zoilo, que hoy está en Irak como coronel de O.N.U. y era un gran amigo.

El resto del año ´75 fue agachar la cabeza y levanté el promedio de conducta a 7 sobre 10 y me iniciaron tratamiento psicológico y psiquiátrico en el Hospital Militar Central ( me llevaban a mi solo en un camión de tropo), en donde al cabo de dos meses de estudio, con electroencéfalogragrama incluido me diagnostiron de "Personalidad con fuertes rasgos neuróticos".

Tuve una entrevista con el Director del Liceo, porque ante el oficial en Jefe de segundo año yo sólo decía que el hecho lo había consumado "sin causa", alarmando a las familias de los afectados.

Al coronel le dije que todo lo había hecho bajo la influencia de "Mi lucha" de Hitler ( tenía catorce años ) sin decirle que también leía una antología de El Capital de Marx. Dicho ésto y sabiendo que mi madre era una bellísima viuda de menos de cuarenta años que trabajaba y estudiaba, me dió la oportunidad de continuar como alumno en eses aulas sarmientinas y me pareció lo mejor, ya que ser militar en Argentina era como entrar en la aristocracia, de hecho sigue siendo así, aunque sin nazismo. Luego del ´74 vos y yo mucho no nos tratábamos. A vos te empezaban a maltratar por judío; ya era el ´76. Si hubiera visto algún ultraje contra vos te habría defendido sabiendo que siempre admiré a los judíos aunque sintiéndome injustamente inferior a su cultura y libertad de vivir, y sobre todo, a su inteligencia, aunque vos no eras el típico judío 10 puntos, pero eras muy bueno en las aulas, amigo del brillante Mariano Gorla, geólogo y pediatra.

Anónimo dijo...
09:53
 

Hugo, lo siento mucho. Tenemos que beber el Vino de California un otro mes (y otros vinos tambien). No puedo ir a la biblioteca ahora. Escribo mas en un ratito, pero por ahorita tengo que dicir "nos vemos." Un abrazo - Phil

la poesía tendría que ver con lo creativo del humano. Lírica: creativida humana cantada.
La expresión corporal y gutural es inmnediata.
En el Nicaragua de los tiempos de Somoza, todos los universitarios que conocí se llamaban entre ellos "poeta". A mi también me saludaban "Qué tal, poeta".

Anónimo dijo...
15:15
 

¿No se podría hacer una entrada nueva con el comentario del señor de gregorio?

Es que no acostumbro leer comentarios más largos que las entradas.

Anónimo dijo...
17:44
 

el distinguido doctor de gregorio amerita un .com per se


salud!



n.

Anónimo dijo...
09:53
 

Que linda la carita del doctor. Mandaré a hacer una bolsa de boxeo con su rostro. Así se me quitan todas las ganas homicidas que llevo dentro.