Anxos Sumai: Os sentidos da perigosa normalidade

Anxos Sumai: Os sentidos da perigosa normalidade



Hace años me enamoré de uno de esos tíos a los que te apetece entregarte por completo. Nunca llegamos a vivir juntos, pero en algún momento cometí el error de darle las llaves de mi casa. Ahora puede invadir mi intimidad siempre que le apetece. Y yo se lo consiento porque su debilidad me inspira una gran ternura, como si cuando me hace daño sólo viese en él a un hijo inconsciente y mal educado. Siempre que aparece, me obliga a hacerle una felación y nunca se preocupa de satisfacer mi deseo. Vivo empachada del sabor de su semen y de su cuerpo.

Nunca sé cuando va a aparecer por casa, puede entrar cuando le apetezca. Casi siempre llega por las noches, borracho y sin avisar. No le importa que yo esté mirando la tele, cenando o acostada. No le importa si hace ruido y me despierta. Si estoy dormida enciende la luz, se desnuda, se acerca a mi cama y yo, ya en los sueños, percibo el sabor de su cuerpo acercándoseme como una amenaza. Despierto, lo veo ante mí y cierro los ojos, quietecita, disimulando. Pero él me agarra del pelo y me levanta la cabeza hasta poner mi boca a la altura de su entrepierna. Despierto definitivamente con una polla triste y hedionda forzándome los labios, empujando para vencer la firme oposición de los dientes. Cedo y deseo que sea preciso y rápido. Me consuelo pensando que al menos no intentará besarme, meterme en la boca la lengua como una taladradora o una explosión de gas. Esa lengua viscosa y ansiosa que sólo empuja, empuja y empuja hasta abrir en mí un agujero espantoso y enorme y volverme hueca bajo la piel.
No me besa, tampoco hablamos y yo sólo quiero que la violación sea precisa y rápida, como si fuese a degollar un cordero. Para que nadie sufra más de lo debido, ni él ni yo. Cuando por fin vence la oposición de mis labios y mis dientes, mi lengua se refugia en el cielo del paladar. Siento entonces la primera náusea que me produce el impacto de su sabor genital, tibio e infecto. Me obliga a arrodillarme ante él, y él se mueve adelante y atrás, adentro y más profundo, sin el más mínimo gesto de ternura, sin acariciarme siquiera la cabeza, sólo agarrándome del pelo. Sin palabras, sólo suspiros y, a veces, algún insulto que me cae sobre los hombros mezclado con la baba que le resbala de la boca. Inhalo el hedor que despiden sus heces descompuestas por el vino que le fundió cerebro y sentimientos. La primera náusea me obliga a vomitarle encima la cena de la noche. Pero a él no le importa. Vomito, trago mi vómito y al mismo tiempo siento como me crece contra el paladar la brutalidad de mi amante, su degradación más triste, y sólo quiero que sea preciso y rápido para acabar pronto, para que deje de tirarme del pelo, para que acaben los insultos, para librarme de las heces que me hacen vomitar de nuevo. Que sea preciso y rápido. Que cuando eyacule, el semen vaya directo a mi garganta y salte las papilas gustativas para no tener que vomitar de nuevo y tragar los trozos de carne, verduras, pescado de la cena. Y dormirme pronto, degollada como un cordero triste, hueca y empachada.
Cuando desayuno al día siguiente, cuando bebo cerveza con las amigas o cuando quedo a comer con ese montón de carne en forma de pene, sólo puedo sentir el sabor del semen. No importa que coma deliciosos percebes o que beba el mejor albariño, sólo siento el sabor de aquellos mocos lechosos que manan de ese hombre que, cuando menos lo espero, aparece en mi casa y me mete en la boca su polla flácida y triste.
Su sabor forma ya parte de mí. Incluso cuando lamo mi piel, mi propia piel, es como si lamiese el cuerpo de mi brutal amante.

13 comentarios:

extraña cosa: dejé un comentario en el post anterior y no lo veo editado...no dice que haya censura, pero parece que la hay...no comulgo con eso, me parece patético

Impressionante. Violento, com masoquismo e compaixão. Bah...

Amo este espaço aqui! Através dele cheguei na Carrington e agora na Sumai! Obrigada! Bj!

es un texto de una crudeza...

Anónimo dijo...
06:05
 

¡Joel! ¿Soy Adolfo Tessari, te acordás de mí?

La vida fellatio es una ilusión, una caricia en el limbo. Las chupadas de pija no son cosa de todos los días. Así los polvos. Las buenas cojidas no son repetibles y mucho menos, comestibles, aunque todo aparenta ser lo que no es. La cotidianidad de lo imposible, es el entusiasmo humano, el exhaustivo culeo humano que crea la música original y desencadenada, porque no hay otra salida. Yo, en "La mano que aprieta" (el libro) filosofé sobre "el hombre al que le gusta que le chupen la pija" y ahora no recuerdo qué dije. Usualmente se trata de un acostumbramiento maníaco que ensueña horcas y guillotinas.
El hombre que le gusta que le chupen la pija suele ser un ser secreto, como aquel que apetece que le llenen el culo de pija y que tampoco ceja en su empeño.
Seguramente que cuando Sumai recibió en sus papilas los primeros canutos seminales, la experiencia fue revelatoria y por eso (tak vez) el entusiasmo de su amante. Viejas mitologías contemplan el ejercicio fellatorio como rito inicial para la transformación del hombre en cerdo. Cuando las felaciones se acompañan con introducciones de vergas nel culo macho, se puede alcanzar la licantropía (dicen los antiguos).
Entre las filias y las fobias hay un puchero, un cocido, qués la vida misma.
Tanto en la tragedia griega, como en la gran ópera, el héroe se corta la pija de un sablazo y canta mientras su sangre llena el escenario.
Hermoso texto Sumai. Gracias.

adolfo tessari dijo...
13:48
 

esta narración es tuya?
es que me hizo recordar algunas cosas

Hugo, tentei baixar o tigre de la memória, mas não consigo. Bj

Anónimo dijo...
11:34
 

¡Bravo Sumai!

Es notable!
Consigue todas las pestilencias y todas las ternuras.
WAU!

Me pasa algo peor que lo que le pasó al Marqués de Sade cuando los guardias de La Bastilla le robaron sus manuscritos de Las 120 Jornadas. El marqués volvió a escribir el largo novelón, pero entonces en vez de la novela, escribió un extenso recetario cuasi gastronómico.
En mi caso. El comentario que hice -bastante extenso-, sobre el post de Anxos Sumai, se lo tragó el Sistema (¿los burócratas de La Bastilla virtual?) y en vez de escribir un largo comentarión, me sobreviene un nudo de silencio y recordar las palabras finales: "Muy buen texto, Sumai".

Este es mi tercer comentario. El primero y el segundo se los tragó el éter. Repentinamente uno apreta una tecla de envío y la vida desaparece.
El primero (texto extenso), filosofaba sobre "el hombre al que le gusta que le chupen la pija", la fellatio como ritual del hombre para transmutarse en cerdo, y sobre la licantropía resultante de la exageración del chupopterismo vergal. No me quedan ganas de repetir estas disertaciones...
El segundo, hacía una comparación entre la desaparición de mi primer comentario con el texto original de "Las 120 jornadas de Sodoma" del bueno del marqués de Sade, al que en la Bastilla se lo robaron los guardias y entonces él repitió el mamotreto, algo que permite adivinar los textos originales, pero nunca ellos. El marqués en su rebeldía regurgitadora, logró una especie de recetario digno de ilustrar a colores. En este segundo comentario, comparé, y hablé de una Bastilla virtual.
Neste tercer comentario digo lo que dije en los otros dos, que por encima de las filias y las fobias, el texto es encantador.

Anónimo dijo...
16:59
 

bestial...

es la palabra que más y con más fuerza me viene a la cabeza

he sufrido, me he excitado, he sentido asco de mí mismo y de los hombres, y más cosas que he sentido pero que no acierto a asignarles término, pero he leído. no soy muy lector yo (no más que lo necesario y lo que el tedio me deja). y me ha gustado la experiencia. una vez he empezado me he visto irremediablemente obligado a llegar hasta el final.

sí señor, bravo!

Andrere