Sant Jordi

Sant Jordi



Y
a pasó el Sant Jordi. La rosa roja de tu corazón aún permanece congelada entre las páginas del olvido. No fuimos nada más que baratijas de nada en tiendas de provincia. Nada más que retazos baratos de mercado chino. Y aquella manera de sabernos definitivos. Enarbolando la soberbia y la ignorancia de creernos eternos. Nadie nos enseñó que la vida pasa en un minuto. Lo que dura un burdo spot en cualquier canal televisivo. Estamos condenados a deambular por caminos laterales. A ser menos que el canto de un grillo. A ser menos que una sierpe en el arroyo de un pantano. Tarde nos dimos cuenta de nuestra calidad de marionetas. Que estamos acá para seguir un designio imperfecto. De un director bastardo y cruel. Que no entiende de un beso dado en Barcelona. De un film de Bergman. De la poesía de Ezra Pound. Ya pasó el Sant Jordi y no hay rosas ni libros ni besos. No hay recuerdos ni lágrimas. A veces pasa un camello. Una tormenta. Un cometa. Luego el silencio. La bruma. Jinetes de espumas. Luego nada. Tierra arrasada por el espanto. Espanto de la memoria y el olvido.

8 comentarios:

Anónimo dijo...
00:34
 

Te sigo desde hace mucho y me parece que es lo mejor que has escrito, soy tu admiradora del barrio de la Paternal de Buenos Aires, un beso Hugo querido.

Fernando De Gregorio dijo...
14:28
 

Terrible la futilidad del Ser, aunque mucho no me convence. Dios o la Máquina del Tiempo nos rodean de ética y tremor panicus. Este escrito está lleno de hallazgos. Gracias Molto Grazie, Thank you very much, Gottes willen

Anónimo dijo...
00:42
 

Nadie nos enseñó que la vida pasa en un minuto

Fernando De Gregorio dijo...
17:47
 

Conmovedor, re almente, esta prosa objetivista. Yo tiendo más a un optimismo, palabra inventada por Voñtaire

He llegado a la senectud improvisadamente. He ahí que juego con la Muerte, al mejor estilo inculcado por El Séptimo Sello de Bergman. Juego en un hangar grande que hice construir en el fondo de casa. Pero... La Muerte que me ha tocado no es la del 7mo. Sello, siquiera la de All that Jazz, la mía es un travesti tipo Caroll Baker en Baby Doll. No jugamos al ajedrez. Jugamos a quien eyacula más lejos (como se hacía durante Las Cruzadas) y no hay caso. Nos compadecemos mutuamente y mantenemos la situación. O ya la dimos por terminada...

Anónimo dijo...
10:02
 

memoria, olvido. tristes cartas de amor, guardadas, releidas, perfumadas en arcon de japon.
devolucion con puesta en escena
o quemazon intima?la decision
podra tardar otros años mas.
se que fue solo literatura
o calentura literaria uf!

Anónimo dijo...
09:22
 

huff!

Anónimo dijo...
18:19
 

Buscando el sant jordi que ya viene me encuentro con esto, excelente.