E trata de un documental. Un documental sobre mí. Lo que hago. Lo que no hago. Lo que escribo. Puerto Natales, el almacén y las cosas. Le digo a Magdalena Chacón, la directora, que puede aparecer. Que en cualquier momento puede aparecer. Que no me gustaría que eso pasara. Ella dice que aquello es menos que probable. Que no me olvide que estamos en Patagonia. Lejos del mundo y cerca de la nada. Dice que no me preocupe. Que no sea aprensivo. Que ni siquiera en el pueblo me conocen. Que menos puede llegarme a conocer él. Que me creía un ser lógico y racional. Saca un pañuelo y seca mi frente. Que me calme: cálmate mi niño. Que basta de absurdos. Luego me pregunta si estoy loco o qué. ¡Qué tanto! me dice, además si llega a aparecer, sería muy bueno para ti en primer lugar, y luego para el mismo documental. Que aquello daría mucho rédito. Le digo que no me parece. Que no me parece para nada. Que está en todos los documentales. Que un día apareció con los niños pobres de Biafra. Otro con la Reina Madre. O bailando una danza típica con la Bachelet. Que no sería conveniente. Que aquello jugaría en contra. No te preocupes me dice. Me abraza. No aparecerá. Cálmate mi niño. Me calmo a medias. Pero siempre pensando en lo que me había dicho Fabián. Ten cuidado me dijo Fabián: puede aparecer. En I'm Your Man aparecía. También en Born Into This. Ten cuidado. Puede aparecer. Estábamos en el Bar Ruperto. Frente a la cámara contaba de mi primer poema. Esas mentiras que se cuentan siempre. Mi primer poema escrito a los cinco años. Mi primer poema basado en mis lecturas de Wittgenstein. Y apareció. Alborozado. Me dio un abrazo y un beso en la mejilla. Y comenzó a hablar. A contar. Frente a la cámara. Que él estuvo presente cuando escribí mi primer poema. El puto Bono.