Lleno los dos vasos y pongo a Captain Beefheart
Debes confiar me dice. Debes confiar. No puede ser posible que no confíes en nadie. Qué mierda pasó en tu existencia que vas por la vida desconfiando de todos. Vives una vida que no merece ser vivida. Esa no es vida. Para nada. Si tu madre te abandonó. Si tu padre te ignoró. Si tres viejas amantes te pusieron los cuernos. Si el político por el cual votaste está acusado de corrupción. Si eso te parece suficiente para no seguir confiando en nadie, entonces debes colgarte del farol más luminoso. La vida es bella Hugo. Los trenes también llegan a horario. Los aviones aterrizan. Los barcos llegan a puerto. Mira por tu ventana. La Luna Nueva está a punto de copular con Venus. ¿La ves? Ven, acércate, mira por tu ventana. Hay gente hermosa que te quiere. Que quiere lo mejor para ti. Gente que te estima. Que te valora. Gente dispuesta a morir por sus semejantes. Gente dispuesta a morir por un ideal. Deja ya de sandeces inconducentes. Lee La Desiderata Hugo. ¡Ponte positivo por Dios! Yo te quiero Hugo. Te quiero. Mucha gente te quiere Hugo.
Le digo que con ese discurso no conseguirá mi voto. Ni siquiera un buen polvo. Le digo que lo mío es alta filosofía. Que me importa una lechuga que los trenes lleguen a horario. Que me importa un perejil que los aviones aterricen. ¡Que todos los barcos se hundan! Me da igual. Que no creo en nadie. Que no puedo creer en nadie. En nadie que tenga culo. Se pone a llorar. Lleno los dos vasos y pongo a Captain Beefheart.
Le digo que con ese discurso no conseguirá mi voto. Ni siquiera un buen polvo. Le digo que lo mío es alta filosofía. Que me importa una lechuga que los trenes lleguen a horario. Que me importa un perejil que los aviones aterricen. ¡Que todos los barcos se hundan! Me da igual. Que no creo en nadie. Que no puedo creer en nadie. En nadie que tenga culo. Se pone a llorar. Lleno los dos vasos y pongo a Captain Beefheart.
comentarios:
07:42
En los años cincuentas-sesentas, aquí hubo un cantante de tangos popular -mi hermano mayor es el que lo recuerda- que al saludar al público, emocionado y con cariño, les decía: "Tengo algo para darles" y con las manos señalaba una poronga grande.
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