Sala de Aislamiento 1

Sala de Aislamiento 1

Veo a Bukowski llegar al hospital. Lo traen en camilla. Hecho mierda. ¡Es Bukowski!, grita Franky. Inmediatamente le ponen una mascarilla de oxígeno, suero y otras porquerías. Es la tercera vez que ingresa dice la enfermera. Baja la voz y agrega: este viejo de mierda no tiene cura. Se someterá al tratamiento del copete y luego volverá a emborracharse. Y ahí se quedó. Inmóvil casi muerto. Roncando bufando apenas vivo. Por la mañana amaneció mejor. Le habían retirado el oxígeno y le habían dejado el suero y las otras porquerías. Me acerco y le digo: Abuelo, si usted quiere algo me avisa. Con los ojos entreabiertos creo que me da las gracias. En verdad no se le entiende un carajo. Le comento que si quiere orinar lo haga en el recipiente chico. Que si quiere cagar lo haga en el recipiente grande. Que una enfermera se encargará de todo. Al día siguiente empeora. Lo vuelven a entubar. Llega el doctor e imparte la orden de llevarlo a la Sala de Aislamiento 1. Por la puerta entreabierta observamos que hay una junta de médicos. Luego se produce una enorme agitación. Enfermeros que entran y salen. Viene Franky que está internado por lo mismo y me dice: te apuesto una botella de vodka que no pasa de las doce. ¡Con lo que me gusta el vodka! Le digo que no, que pasará del mediodía. Que considero que morirá por la tarde. A las cinco de la tarde como mueren los toreros. Apostamos. Después me entero que Franky ganó aquel día; una botella de vodka, una de ginebra, tres de vino y un polvo con Paola de Medicina Mujeres. ¡Malditos putos borrachos!

Ilustración de Javier Molinero.

2 comentarios:

Me viene a la mente -tengo una mente muy abierta a todos los vientos, me temo (¿vacía?)- un cuento de Bukowsky en el que Chinasky le pega una paliza en el ring a Hemingway. Se continúa la tradición.

La bebida es una apuesta, o la ganas o la pierdes.