Sus desnudos pies sobre la nieve
Por Matías Rafide
Autor: Juan Mihovilovich
Novela: 70 páginas
Mosquito Comunicaciones 2012
El recuerdo de la infancia es eje central de una obsesión dulce y dolorosa a la vez. Hay un halo de angustia y ansiedad que recorren las páginas de esta nouvelle que emociona y se proyecta desde sus personajes y escuetas resonancias y el lector, que poco a poco, hace suyas las nostalgias y divagaciones del protagonista y sus fantasmas familiares: la madre, los hermanos y el autor.
Más que narradores externos, aparecen sombras y luces de un ayer lejano, pero nunca olvidado. Narración de interioridades y seres algo alucinados que oscilan entre la vaga realidad y el sueño, entre la pesadilla y la vigilia.
Es un intento exitoso de develar estados ominosos y torturantes, donde el propio yo del narrador quisiera eludir con desgarros interiores que atormentan y entristecen.
Novela breve, de lectura reposada y reflexiva. Hay instantes en que la soledad y frialdad del extremo sur de nuestra patria nos embarga y alucina.
Destacable es el lenguaje y su ritmo narrativo, ajeno a extravíos idiomáticos o soeces, tan en boga en muchos novelistas.
“Los hombres se habían sentado a cada lado de la camilla y mientras cerraban la puerta lateral alcanzamos a divisar el chasquido luminoso de un fósforo y el intermitente resplandor rojizo de un cigarrillo aspirado entre las sombras.” (Pág. 64)
Sus desnudos pies sobre la nieve es una mirada sobre los seres y las cosas, sobre la fragilidad humana y el desencanto existencial.
Más que narradores externos, aparecen sombras y luces de un ayer lejano, pero nunca olvidado. Narración de interioridades y seres algo alucinados que oscilan entre la vaga realidad y el sueño, entre la pesadilla y la vigilia.
Es un intento exitoso de develar estados ominosos y torturantes, donde el propio yo del narrador quisiera eludir con desgarros interiores que atormentan y entristecen.
Novela breve, de lectura reposada y reflexiva. Hay instantes en que la soledad y frialdad del extremo sur de nuestra patria nos embarga y alucina.
Destacable es el lenguaje y su ritmo narrativo, ajeno a extravíos idiomáticos o soeces, tan en boga en muchos novelistas.
“Los hombres se habían sentado a cada lado de la camilla y mientras cerraban la puerta lateral alcanzamos a divisar el chasquido luminoso de un fósforo y el intermitente resplandor rojizo de un cigarrillo aspirado entre las sombras.” (Pág. 64)
Sus desnudos pies sobre la nieve es una mirada sobre los seres y las cosas, sobre la fragilidad humana y el desencanto existencial.
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