El Director
Yestaba allí una vez más. En la sala del Director del colegio. Invitado por el Director del colegio, quien a su vez había invitado a mi hijo a abandonar el colegio. Era la tercera vez que estaba allí, invitado por el Director del colegio. Llega el tipo y me dice que patatín que patatán: fumaba en los baños, no hacía sus tareas, discutía con los profesores, distraía a sus compañeros. Una calamidad. Por lo tanto: fuera del sistema educacional. ¡Hala! A ganarse la vida por ahí. A otra cosa mariposa. Me sentí triste por eso. Muy triste. También me sentí triste por la educación en Chile. Triste al saber que aquel director del colegio, haya hecho el curso de inteligencia militar décadas atrás. Durante la dictadura. Y seguía estando allí. Y luego el alivio. El alivio de saber de que mi hijo ya no estaría allí. En ese colegio. Con ese director. Que sigue estando allí. Que seguirá estando allí.
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