"Así mismo, se debían mantener todas las formalidades posibles para sacar a bailar a una dama", como recuerda Jorge Sharp en los bailes ofrecidos por los clubes sociales de Punta Arenas en 1940, donde las jóvenes se sentaban a un lado del salón con sus madres y los jóvenes al otro. Después de sacar a una niña a bailar -señala Sharp- los muchachos regalaban una fruta a su madre en señal de agradecimiento. "Me acuerdo que había mamás que se iban con una bolsa llena de naranjas o manzanas al final del baile".

Juan Pablo González - Claudio Rolle. Historia Social de la Música Popular en Chile.