Un día conoció al tipo y le dio su número

Un día conoció al tipo y le dio su número

En el momento que ella me dice que está siendo acosada suena su móvil. Por lo bajo me dice: es él. Contesta con monosílabos. Sí. No. Ya. Al terminar la comunicación se pone a llorar. Me dice que ya no puede más. Que aquello es horrible. Que ella no merece lo que está pasando. Le tomo de las manos. Le sirvo un café. Prendo un Nag Champa. Pongo algo de música. Trato de ser más amable que de costumbre. Le digo que vaya a la policía. Que lo denuncie. Que me diga quién es. Que yo me encargo.

Me cuenta que un día conoció al tipo y le dio su número. Eso me dice. Y nada más. No pasó nada más. Y ahí, que lo llama acosándola. Le digo que no puede ser. Le digo que no hay que dar el número a cualquier tipo que conozca por ahí. Sigue llorando. Luego me dice que me va a contar la verdad. Conoció al tipo y se acostó con él. Me dice que fue un tremendo error. Y ahora no sabe qué hacer. Son cientos de llamadas. Le digo que me muestre alguna al azar. Toma me dice. Me entrega su móvil y leo: como gritabas de placer cuando te lo estaba metiendo perra.

Realmente aquello me pone de un humor infernal. No hay derecho. Hay tipos que merecen la pena de muerte. Aquel no tendría que haber nacido. Que todo el odio de dios se le acumule. Hijo de la gran chingada. Y esa perra que nunca gritó de placer mientras yo se la metía.

0 comentarios: