La noche era un nido de caimanes

La noche era un nido de caimanes

"inmaculada decepción"

Crees conocerme y no me conoces de nada.
No me conoces de nada.
Fui un figurante que pasó por tu vida
dejando una estela de malos presagios.

¡Antiguos violines destemplados!

No fui para ti nada más que un atisbo del infierno.
Un acantilado digno del suicida
un desperdicio de la humanidad
una piedra en tu zapato.

Fui hijo de una puta y un marinero errante
que pasó por tu vida un día
en que el sol no existía
y la noche era un nido de caimanes.

Pero en definitiva no somos tan distintos.
Estamos hechos del mismo espasmo
que hizo a la comadreja y al asno.
En definitiva no somos tan distintos.

Al final nada quedará, ni un atisbo de nada.
Nada quedará, ni la comadreja, ni el asno, ni tú ni yo.
La tierra será nuestra fosa común
y giraremos hasta perdernos.

5 comentarios:

Está bien bueno el poema, Hugo. Sí.

Abrazo

Un abrazo Manuel.

Siempre paso por estos lares. Un abrazo grande, Hugo.

Un abrazo Jorge.

No se puede ser nada más en la vida de nadie. La cruz de ser mortal.