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El poeta Aristóteles España |
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La facultad poética del mundo interior |
Aislado del mundo por ventanales y agujeros,
Con terapias y dosis de extraños líquidos
Cuyos nombres no recuerdo,
Descubrí que nunca había amado a una mujer.
Amé una Causa,
Amo la Palabra,
Amo la nieve, el viento, el desierto, la lluvia,
Amo los países y ciudades donde he estado,
Amo la muerte, los insectos, los gusanos, las gaviotas,
Los mitos, las leyendas, las ideas, los libros, las jirafas,
Las huellas,
Pero mi novia siempre ha sido la Poesía,
La música ha sido un amor inconcluso,
La pintura y el dibujo fueron pasiones que dejé ir,
El teatro fue y es una fuente de energía pues escribo
Y actúo frente a mi propio escenario;
En el cine he sido personaje y director solitario,
Guionista de mis aciertos y errores, con diversos nombres.
Pero nunca he amado a una mujer,
Me gustan las mujeres, he vivido con ellas, he procreado hijas
Que perdí para siempre y me aislé en la soledad de mi biblioteca
Escuchando a Vivaldi, Mozart, Bethoven,
A los pájaros de mis casas o departamentos
Asistiendo a extrañas reuniones conspirativas con poetas
Y los eternos asiduos al Poder.
Cada una de mis mujeres han sido tiernas, expertas en calendarios,
En lingüística, educación diferencial, psicología, leyes, física cuántica,
Y yo les ayudaba a escribir sus tesis invadiéndolas con poemas,
Llevando a casa gatos abandonados,
Perritas en celo, a los que alimentaba con comida casera,
Sandwichs de tocino, carne de pavo.
Nunca les escribí un poema de amor,
Sólo mensajes encriptados de Verlaine, Lope de Vega, bodegas de Haikus,
De odas, y porfiaban para que celebre mi cumpleaños
Mientras yo leía las vocales de Huidobro, Rimbaud, Vallejo,
Literatura hindú, ridiculizaba a los Románticos,
A los ideólogos del Realismo Socialista,
A los viejos Modernistas en desuso.
Una tarde Payasita, me dijo qué íbamos a hacer con los cuadros
De Monet, Renoir, Gauguin, Rodin, Whistler,
Porque que había que pagar su parcela, su invernadero,
Sus triciclos, sus cremas, el gimnasio, sus zapatos italianos,
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Y yo le dije que no importaba, que lo lleve todo,
Que solo deje mis libros,
Que me deje solo, que se vaya a la punta de un cerro
Y me dejara vivir en la Belleza.
Que todo se lo lleve y pague.
Todo es mío, le dije, te lo regalo, no me importa tu presencia,
Empezaré de nuevo a buscar a esos maestros en algún lugar del planeta.
Se lo llevó todo y un año después la encontré en un bar de Buenos Aires.
Te he buscado, me dijo, sé que estás releyendo a Girondo, Lugones, Borges, Artl, Piglia,
Carriego, Sábato, en sus rincones, me lo dijo un librero.
Estaba bebiendo un gin tonic, una cerveza helada y la quedé mirando
Fijamente durante cinco minutos.
Quiero darte un beso, me dijo, vamos a mi hogar.
Pensé en los ejes en los cuales ha girado mi vida.
Pensé en los versos que estaba escribiendo a los cuales rescataba
De un pozo;
Pensé en mi exilio interior y exterior
Y me marché hacia el Río de la Plata a seguir leyendo.
Ella me siguió hasta el taxi y me fui para siempre.
Qué es el amor?, me pregunto.
¿Dar y recibir?
¿Aceptar a la pareja como es?
¿Trabajar una relación con lentitud, de a poco?.
¿Entregarse y entregar?
¿Tener miedo?
¿Quién dice primero que se quiere?
No el deseo, porque eso es fácil y se palpa.
¿Caminar, andar, mirarse, establecer vínculos perpetuos,
Respirar los mismos olores, hablar el mismo idioma?
Al salir del Hospital Psquiátrico de Valparaíso,
Pensaba en la Belleza, en la Autodestrucción,
Pensé adónde iría sin amar.
Y sin amor.
Era tarde, recuerdo, y comencé a llorar en una pieza desierta,
El llanto era tan grande que sangraba mi nariz,
El estómago, el alma.
Por supuesto, lloraba en silencio, sin música,
Como suelen los guerreros caídos llorar en las cuevas,
Como lloran los presos en los Campos de Concentración,
Y me enamoré de mi almohada, de mis pantalones rotos,
De un armario vacío, y acariciaba los dos libros
Que me acompañaban escritos por mí.
Después me enamoré de una radio a pilas,
De un par de moscas de la habitación,
De un candado que traía del hospital,
De una sábana con sangre,
De un vidrio roto del comedor de la Mansión
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Donde intentan sanar mi alma.
No quería pedir ayuda y borré a todo el mundo de una posible
Lista de visitas y llamadas telefónicas.
Sólo Tac, mi personaje favorito estaba conmigo,
E intentaba descifrar mis poemas escribiendo con letras
Rojas, verdes, azules, la palabra "Amor", la palabra "Compañera",
La palabra "Amigo".
Tac enloquecía pues empecé a enamorarme de nuevo,
Ahora del alfabeto, de los adjetivos sin vida,
De las metáforas con la palabra resfrío.
Una tarde llegó mi amigo el poeta Enrique Moro y lloré.
Una tarde llegó mi amiga psicóloga Cecilia Valdivieso y lloré.
Apareció mi amiga poeta y cantante Karen Devia y lloré.
El Psquiatra y las psicólogas me dijeron que estaba bien;
Que por fin lloraba.
Me dijeron que era un cebollín o una cebolla,
Ahora había que deshojar la armadura,
"porque las bibliotecas como tú no piensan"
Me dijo el Director del Hospital Psquiátrico.
Ahora tengo miedo,
Porque la Belleza hay que disfrutarla y no vivir en ella,
Y borré a Mallarmé de mi lista de lecturas
Porque lo tengo incorporado a mi acervo.
Tengo que caminar por un mar real y no metafísico,
Tengo que andar de nuevo por la nieve y no sólo
Escribir sobre ella,
Tengo que mirar a los pájaros y no conversar en los árboles,
Tengo que recuperar a mi búho y no inventarle un lenguaje
Para charlar sobre la "Poética Aristotélica",
Tengo que dejarme querer para que pueda aprender a hacerlo.
Hay tantas, demasiadas cosas por conocer, demasiadas.
Hacer el amor en una selva con una mujer africana,
Porque no pude hacerlo en Moscú,
Pero ya es sólo una ilusión porque ella murió en la guerrilla.
Tengo que aprender a bailar
Porque sólo lo he hecho en los prostíbulos,
Tengo que aprender y aprendo a conocer mujeres
En su dimensión humana y no con sus personajes,
Tengo que aprender a vivir con mis libros
Y que no lo sean todo.
Tengo que aprender a escribir sin descuidar a mi futura pareja.
Tengo que ir al cine con niños y niñas a ver películas
Porque siempre seré un niño,
Tengo que aprender a decir "hola", "te quiero", "vamos a un río",
Pero no en forma literaria.
Tengo que aprender a llorar y abrir mis sentimientos
Y no ser un robot en los cafés, en recitales,
Tengo que luchar por mi propia causa e intentar ser feliz
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Con un pan, con un vaso de agua, con una naranja.
Entonces, tengo más miedo.
Miedo a enamorarme, pero ¿cómo decirlo?.
El poema está en mis venas, en mis arterias,
En mi corazón, en todo mi cuerpo,
Y nada soy si no escribo.
"Puedes escribir lo que quieras",
me dijo el Doctor de la Mansión
Y trato de hacerlo,
Pero están los malditos conceptos, la semiótica, el estructuralismo,
El automatismo psíquico que revolotean en mi cerebro.
Entonces, intento escribir este poema desde el miedo,
Nunca he escrito desde el miedo, sólo sobre el miedo, sólo en el miedo
Mismo y siempre termino tiritando.
Ahora estoy más seguro, más feliz incluso,
Y no quiero enamorarme de esa palabra.
Ahora estoy en mi habitación lleno de hojas en blanco
Y tengo ganas de escribir un "Estudio sobre Vivaldi"
Y "La Poesía de las 4 Estaciones",
Tengo ganas de correr por el techo,
Tengo ganas de alunizar en mi boca,
Tengo deseos de libertad y no escribirla.
"Se abre tu corazón", me dice Tac,
Mientras devora una hoja del cebollín
E intento terminar el poema sin 3 finales,
Sino con 20 finales abiertos como siempre he deseado,
Elegantes, misteriosos,
Que se abran a distintas interpretaciones estéticas, religiosas,
Ideológicas,
Y la lectora de este poema no me mire a los ojos.
Valparaíso, diciembre 4 de 2009.
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Poemas de Aristóteles España |
y voló hacia un soneto.
antes, bebió Agua de Toronjil
de la pierna izquierda de Mylene
y chupó el húmedo hueso de plástico
Made in Corea de la nave.
Eramos felices, todos teníamos cara de espanto
y 20 años en la nuca, había estribos, bombas de humo
e idiotas carteles con círculos
en las piezas de Evelyn, Abelardo, Jacinto, Elsa, Raquel Holtz;
una Chica de Cuento habló de detenidos desaparecidos;
muerte, muy despacio.
nos dimos cuenta que la única certeza
de esa noche era la nada,
la derrota, la soledad;
alguien cantó La Comparsita.
Entre colchones, arrebatos, caracoles,
El Chico con Cara de Buque bebió una consonante,
y aparecieron pequeños poetas simios.
Era un instante de miedo, afuera se escuchaban disparos,
ruidos de botas de ejército chileno,
besitos ricos también en la almohada.
estaba en el pie izquierdo de André Bretón,
con sus dedos sucios de nieve y helicópteros,
también historias policiales donde un gnomo
fustigaba al poeta Sócrates Francia en un bar
lleno de pescadores chinos,
de islas con serpientes sin adjetivos,
el hedor a polis cerrada, a prisiones, y humo.
Eran mañanas tristes donde no existía la dulzura,
el amor colgaba de un volantín mojado,
con muñecas llenas de violines,
¡qué maravilla!, los poemas saltaban como ranas,
y se iban caminando sobre el espacio desértico,
con páginas de agua, heredades de frutas
y en el fondo, una hoja en blanco, rota, que fingía ser tordo,
como el pan de endecasílabos quemado en el horno;
entonces, el poema se fue, dejó sillones, honores,
y entró a ese laberinto con moscas y muerte,
cayó en una depresión, dijo, estaba en el techo,
se creía una lechuza, una pierna, la página!
en Punta Arenas
sobre Punta Arenas, ah?,
tenía un río y poetas que aullaban en celo,
a Ellos, a veces algunos lupanares decían no
mientras eran observados
por escritores croatas
de rostros abúlicos,
también por poetas chilotes
de mirada criminal,
viejos compañeros de Partido
que prefieren la taberna y no el martirio.
Escuchad lobitos de huertos, decía la parodia,
dónde está la música de la nieve en las palabras,
sólo hay prepucios, sonetos al sol,
y espejos con ropas de cuero de cerdo.
Siempre confundimos las sensaciones,
en otro tiempo éramos infelices
éramos inmortales,
teníamos establos y monedas de arroz,
la magia de todo lo que respiramos.
La poesía era la invención, no el embuste,
sí a los adverbios con ojos de mujer,
la vida, dice la parodia, tiene un pie,
un escapulario, una manada de ositos,
una bandada de pastillas y aire,
la cosita linda.
EN PUNTA ARENAS
y desde lejos
se ve una Isla con líneas grises
como pequeñas hojas de afeitar
que cortan el cielo.
Hay un niño de 17 años que la mira,
luego observa la hierba, el mar,
de sus ojos salen playas,
toninas que saltan en sus pupilas,
donde se ven barcazas,
alambres de púa,
pingüinos que forman hileras
como si fuera un coro perdido
en el paralelo 53 sur de este mundo.
Llueve sobre Punta Arenas,
y desde lejos
se ven espacios y poesía
que se sumergen
en el Estrecho de Magallanes,
naves llenas de terremotos, legumbres,
epitafios, ríos que lloran en medio
de ese sol rojo del amanecer;
con canoas que parecen aeroplanos;
Entonces existe la invención,
dijo ese niño de 17 años,
que contempla a una Isla mientras
llueve y llueve sobre la ciudad.
Poemas inéditos de su libro Poemas y Estaciones de Pierre Pájaro, Desnudo y Verde, Acaso Donde y Misterio, Claro.
ARISTOTELES ESPAÑA
Nacido en Castro, Chile, el 5 de octubre de 1955.
OBRAS
PREMIOS
-Premio Gabriela Mistral, Municipalidad de Santiago, 1983.-Premio Especial Rubén Darío, del Ministerio de Cultura de Nicaragua, 1985.-Premio de Poesía de la Municipalidad de San Felipe, 1998.-Premio Alerce, Sociedad de Escritores de Chile, Consejo Nacional del Libro y la Lectura, 1998.-Premio Juegos Literarios Gabriela Mistral, Municipalidad de Vicuña, 2005.-Premio de Literatura "Erasmo Bernales", Municipio de Chañaral, 2005.
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Aristóteles España: Harold Pinter |
Sus creaciones abarcan mundos desconocidos, el hombre frente a la soledad, árboles que caminan en la memoria de un ciudadano común y corriente, desesperado en busca de dioses que no existen, seres que buscan su destino en medio del caos de la modernidad, el individualismo que aflora a medida que la sociedad se industrializa y globaliza, textos llenos de misterio donde la influencia de Kafka cobra un rol fundamental.
Construyó un "teatro del absurdo" o de "vanguardia" apartándose de Ionesco, sin negarlo, sino aportando otra visión: la del ser humano de las grandes urbes que no encuentran su espacio o territorio donde llevar a cabo sueños, hijos, ideas, proyectos de vida satisfactorios para quienes sueñan con lo mínimo.
En Londres la crítica acuñó el término "teatro de la amenaza" en la década del 60 por el vigor satírico de sus propuestas estéticas, con un lenguaje transgresor, de violencia explícita y misterio metafísico. Por ejemplo en la obra "La habitación", una mujer casada no quiere bajar al sótano de su casa pues allí vive un extraño, que parece conocerla de otro tiempo, el esposo de la mujer mata a este tipo advenedizo. Toda su producción tiene un corpus verbal que no deja indiferente, mundos llenos de tensión, el dramaturgo inglés controla la comicidad de sus diálogos, provocando angustia en el lector y los espectadores de su teatro que ha sido difundido en más de 120 países.
En su narrativa los silencios abundan para desconcertar el sentido y la regularidad de la trama, sus personajes deambulan por caminos de dolor e incertidumbre. Una de sus obras más difundidas es "El amante" donde una pareja burguesa recurre al adulterio como salida a su incomunicación, y los esposos aparentan llevar una vida divertida que esconde su desencanto.
La farsa y la sátira las maneja en forma magistral, como asimismo la arquitectura del vodevil lleno de humor negro. En este último tiempo se dedicó al teatro político, de denuncia, tuvo problemas con su gobierno, apoyó las causas del Tercer Mundo. Admirador de Salvador Allende, siempre estuvo contra Pinochet y abogó para que sea enjuiciado en Londres. También fue un crítico tenaz de la invasión a Irak por parte del régimen de George Bush. No es casual que sus últimos trabajos tomen como eje la tortura y el poder.
Pinter, hijo de padres judíos, estudió en la Real Academia de Arte Dramático de su país. Recorrió Irlanda interpretando las obras de W. Shakespeare. Hace un par de años decidió dedicarse sólo a escribir poesía. Algunas de sus obras son "La habitación"; "La fiesta de cumpleaños"; "El amante"; "Cumpleaños para Stanley"; "El cuidador"; "El lenguaje de la montaña"; "El elevador del restaurante"; "El sereno"; "Traición"; "Un tipo de Alaska"; "Polvo eres". Escribió los guiones de cine "La mujer del teniente francés"; "El último magnate"; "El sirviente"; "El accidente"; estos dos últimos para el director J. Losey. Hace un par de años incursionó como actor junto a la actriz chilena Leonor Varela en el film "El sastre de Panamá". La semana pasada se anunció que sería actor en una obra de S. Beckett para celebrar los 50 años de la compañía inglesa Royal Court Theatre.
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aristóteles españa: dawson |
Este poeta fue encapsulado en una remota isla de la Patagonia durante la brutal represión del tirano Pinochet. Tenía por ese entonces solo 17 años y era una verdadera amenaza para el acorazado ejército chileno. Esa isla se llama Dawson, debiera llamarse Isla Vergüenza, Isla Ignominia, Isla Puta. El poeta se sigue llamando Aristóteles España, una figura mítica de la poesía chilena. Inmaculada Decepción presenta una pequeña selección de su libro; Dawson.
LLEGADA
Bajamos de la barcaza con las manos en alto
a una playa triste y desconocida.
la primavera cerraba sus puertas,
el viento nocturno sacudió de pronto mi cabeza rapada
el silencio
esa larga fila de Confinados
que subía a los camiones de la Armada Nacional
marchando
cerca de las doce de la noche del once de septiembre
de mil novecientos setenta y tres en Isla Dawson.
Viajamos
por un camino pantanoso que me pareció
una larga carretera con destino a la muerte.
Un camino con piedras y soldados.
El ruido del motor es una carcajada,
mi abrigo café tiene barro y bencina:
nos rodean
bajamos del camión
uno dos tres kilómetros
cerca
del
mar
y
de
la
nada,
¿Qué será de Chile a esta hora?
¿Veremos el sol mañana?
Se escuchan voces de mando y entramos a un callejón
esquizofrénico que nos lleva al Campo de Concentración,
se encienden focos amarillos a nuestro paso,
las ventanas de la vida se abren y se cierran.
CAMINOS
Nos llevan a cortar leña por los bosques,
de sol a sol,
custodiados por patrullas
que apuntan directamente a la cabeza.
ordenan cantar y correr,
agujerean nuestra sensibilidad,
quieren destruirnos como guijarros
bajo la nieve,
humillarnos,
Mientras entonamos en alta voz:
"Bajo la linterna, frente a mi cuartel,
sé que tú me esperas mi dulce amada bien".
Y el viento invade los parques de mis sombras,
desordena los faroles, las plantas escarchadas.
Me acuerdo de Rosita en la última navidad,
o con su uniforme de colegiala y sus cuadernos.
(A lo mejor nunca leerá este poema).
Hay olor a nubes enterradas,
nos golpean,
mientras una rata camina entre la hierba.
"Si es que llega un parte y debo yo marchar
sin saber querida si podré regresar".
Sólo vemos galerías pintadas de insomnio,
postes amontonados,
manos que sangran,
en el trayecto al Campo de Detenidos,
y fusiles,
y mitades,
encerrados en un laberinto de crueldad y miseria
en el paralelo 53 sur de este mundo.
Y NO ERAN PERROS
Anoche al acostarme
escuché ladridos
en algún lugar del Campamento.
Y NO ERAN PERROS.
COMPAÑEROS
Compañeros, tenemos que buscar una razón
más poderosa que el Partido,
un cauce, un islote, un diminuto ventisquero
que sirva al menos como punto de inicio
y empezar a caminar hacia el reencuentro,
que será una casa -me imagino- amplia,
como los patios de mi pueblo natal,
lleno de grandes ventanales
para que entre libremente el aire
y escuchemos a los árboles del pensamiento;
ese día que -pienso- no está lejano,
llegará como un potro salvaje y se posará
sobre los muslos desnudos de nuestras reflexiones.
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Aristóteles España: Cine en el Embassy |