dalí habla de dalí
En 1929 Salvador Dalí dirigió su atención hacia los mecanismos internos de los fenómenos paranoicos, encarando la posibilidad de un método experimental fundado en el poder inesperado de las asociaciones sistémicas peculiares de la paranoia; este método se convirtió en la síntesis critico-delirante que lleva el nombre de "actividad crítico-paranoica". Paranoia: delirio de la asociación interpretativa que permite una estructura sistemática. Actividad crítico-paranoica: método espontáneo de comprensión irracional fundado en la asociación crítico interpretativa de los fenómenos delirantes.
La presencia de los elementos activos y sistemáticos peculiares de la paranoia garantiza el carácter evolutivo y fecundo específico de la actividad crítico paranoica. La presencia de elementos activos y sistemáticos no implica la idea de un pensamiento orientado voluntariamente, ni de un compromiso intelectual, pues por lo que sabemos, en la paranoia la estructura activa y sistemática es consustancial del propio fenómeno delirante. Todos los fenómenos de la naturaleza paranoica, aunque sean instantáneos e inesperados, siempre reproducen en pleno, la estructura sistemática, y se objetivizan únicamente a posteriori, por obra de la intervención crítica. La actividad crítica interviene únicamente como fluido revelador de las intervenciones sistemáticas y serias, las asociaciones, las conjunciones y los refinamientos que ya están en el momento en que se produce la instantaneidad delirante, , que momentáneamente y en este grado de realidad tangible es lo único que la actividad crítico-paranoica permite sea llevado a la luz objetiva. La actividad crítico-paranoica es una fuerza organizativa y productiva de la casualidad objetiva. La actividad crítico-paranoica ya no se ocupa de los fenómenos surrealistas y de las imágenes aisladas, y más bien lo considera en una unidad coherente de relaciones sistemáticas y significativas. En contraste con la actitud pasiva, desinteresada, contemplativa y estática hacia los fenómenos irracionales, concebidos como hechos asociativos, parciales y significativos del auténtico dominio de nuestra experiencia inmediata y práctica de la vida.
Fenómenos paranoicos: las conocidas imágenes de doble figuración -es posible multiplicar teórica y prácticamente la figuración- dependen todas de la capacidad paranoica del autor. La base de los mecanismos asociativos y la renovación de las ideas obsesivas permiten, como en el caso de un cuadro de Salvador Dalí, la representación de 6 imágenes, ninguna de las cuales sufren la más mínima deformación figurativa: torso de atleta, cabeza de león, cabeza de general, caballo, busto de pastora, cabeza de la muerte. Frente a este cuadro, diferentes observadores ven imágenes distintas: se sobreentiende que el tratamiento es escrupulosamente realista.
La presencia de los elementos activos y sistemáticos peculiares de la paranoia garantiza el carácter evolutivo y fecundo específico de la actividad crítico paranoica. La presencia de elementos activos y sistemáticos no implica la idea de un pensamiento orientado voluntariamente, ni de un compromiso intelectual, pues por lo que sabemos, en la paranoia la estructura activa y sistemática es consustancial del propio fenómeno delirante. Todos los fenómenos de la naturaleza paranoica, aunque sean instantáneos e inesperados, siempre reproducen en pleno, la estructura sistemática, y se objetivizan únicamente a posteriori, por obra de la intervención crítica. La actividad crítica interviene únicamente como fluido revelador de las intervenciones sistemáticas y serias, las asociaciones, las conjunciones y los refinamientos que ya están en el momento en que se produce la instantaneidad delirante, , que momentáneamente y en este grado de realidad tangible es lo único que la actividad crítico-paranoica permite sea llevado a la luz objetiva. La actividad crítico-paranoica es una fuerza organizativa y productiva de la casualidad objetiva. La actividad crítico-paranoica ya no se ocupa de los fenómenos surrealistas y de las imágenes aisladas, y más bien lo considera en una unidad coherente de relaciones sistemáticas y significativas. En contraste con la actitud pasiva, desinteresada, contemplativa y estática hacia los fenómenos irracionales, concebidos como hechos asociativos, parciales y significativos del auténtico dominio de nuestra experiencia inmediata y práctica de la vida.
Fenómenos paranoicos: las conocidas imágenes de doble figuración -es posible multiplicar teórica y prácticamente la figuración- dependen todas de la capacidad paranoica del autor. La base de los mecanismos asociativos y la renovación de las ideas obsesivas permiten, como en el caso de un cuadro de Salvador Dalí, la representación de 6 imágenes, ninguna de las cuales sufren la más mínima deformación figurativa: torso de atleta, cabeza de león, cabeza de general, caballo, busto de pastora, cabeza de la muerte. Frente a este cuadro, diferentes observadores ven imágenes distintas: se sobreentiende que el tratamiento es escrupulosamente realista.
SALVADOR DALÍ
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